lunes, mayo 17, 2010

¿Objetivo cumplido?


El sábado por la noche el conjunto dirigido por Ricardo Gareca se acercó hasta la ciudad de Rosario para disputar su encuentro por la última fecha del torneo ante Central, teniendo como resultado el mismo un magro empate en 0. La ¿buena noticia? para el Fortín radicó en la derrota de Lanús, que al no ganar, le aseguró al Fortín su lugar en la próxima Copa Nissan Sudamericana. Vélez volvió a jugar mal y ya preocupa.

Es cierto, seamos justos: el primer tiempo fue de Vélez. Pero cuando decimos esto, no estamos diciendo que los nuestros pasaron por arriba a los locales, ni cerca a esto. Si decimos que un equipo plagado de juveniles le tenía (demasiado) respeto a López, Silva y compañía. Por esta razón Vélez pudo manejar más la pelota y tener algunas chances claras de gol (pocas, igualmente, para la diferencia de jerarquía en los nombres). Alguna de Silva, alguna de López y alguna también de Otamendi (de carambola).

En el segundo tiempo ya Central salió más decidio a inquietar un poco el arco de Montoya, y con algunos tiros de larga distancia amagó a hacerlo, pero al final, se terminó contentando con el empate. El Fortín, por su parte, nunca encontró la creatividad necesaria para llegar con peligro al arco rival y dependía de la inspiración de los ingresados Martínez, Álvarez o alguna genialidad de Silva. Queda para el recuerdo el blooper de Rodrigo López, parándose frente a un defensor rival, intentando gambetearlo y cayéndose arriba de la pelota. Eso graficó lo que fue el partido para Vélez (y lo que son sus capacidades técnicas).

Por fin se terminó este torneo. Un torneo que nos dejó afuera hace rato, no por tanto mérito de los otros (que los tuvieron) sino por impericia propia. Empezamos bien, con un grupo de juveniles que iban al frente, y con algunos partidos de los titulares, que fueron los que en mayor medidad perdieron los puntos más importantes. Después vino la desilusión en la Copa y el mínimo objetivo de entrar a la próxima competición internacional.

Es hora de hacer balances, saludar a los que se tengan que ir y dar la bienvenida a los que lleguen. Vélez es más que un técnico, un plantel o un dirigente, por eso siempre tiene que aspirar a más. Ojalá el próximo semestre venga con un título bajo el brazo, y con menos errores en el archivo.

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