domingo, febrero 20, 2011

Noche negra: Vélez 1 - All Boys 2


Por la segunda fecha del Torneo Clausura 2011, Vélez Sarsfield perdió como local un invicto de 12 partidos ante All Boys, por 1-2, con goles de Ramírez para el Fortín y Grazzini en dos ocasiones para el visitante. Sin demostrar ese ímpetu que tuvo ante Independiente en la segunda parte, con serios problemas defensivos y con la notoria falta de un 9 de área, el Fortín cayó sin excusas ante un rival que se dedicó únicamente a poner ganas, aprovechar los errores del rival y, ya sobre el final, pegarle a Maxi Moralez.

Difícil fue encontrar la calma y la tranquilidad para escribir esta columna. Se sabe: el hincha no es uno de los seres más racionales que exista. Con mucha meditación y un poco de optimismo, me dije a mí mismo que se podía, pero sin obviar cosas que se vieron claritas el saábado en el Amalfitani. Fue un partido que tuvo a un equipo que fue a buscar el famoso punto de visitante, importante en su pelea por el descenso (All Boys) y otro que quiso pero no supo como obtener la victoria (Vélez). Si a esto le sumamos que la defensa de All Boys no tuvo demasiados problemas para controlar los ataques velezanos que solo iban por cuenta de Moralez y Martinez (Ramirez hasta ahora es más goleador que armador) y que la defensa velezana no supo controlar a un jugador excedido de peso respecto a los parámetros normales para un profesional en el fútbol, como Cristian Fabbiani, el resultado es nefasto.

Es inconcebible que un jugador con ciento y pico de kilos tire la pelota por un lado, vaya por el otro y la gane. Inconcebible. Desde que está en All Boys, los pocos minutos que Fabbiani jugó, los jugó mal, y el sábado, en cancha de Vélez, fue una de las figuras de su equipo, aguantando la pelota como quiso, a veces hasta con una libertad que daba verguenza (ver segundo gol de All Boys). Los centrales velezanos nunca supieron como controlar a Fabbiani, pero tampoco pensaron en tapar a los receptores de un posible pase. En el primer y segundo gol, los jugadores de Floresta anticipan en los cabezazos muy tranquilamente, mientras la defensa velezana mira. Lo del segundo gol es preocupante porque Fabbiani tarda alrededor de 4 segundos con la pelota en sus pies casi en el borde del área chica, esperando, esperando, hasta que llegase un compañero. Ninguno de los centrales se le animó ni siquiera a cuerpearlo o a intentar sacarle la pelota. Esto no puede volver a pasar, es un error de jardín.

Por otro lado, ya me convencí que la bendita banda derecha nos va a dar problemas de acá a varios años más. Desde acá se la criticó profundamente por el bajo nivel de Cubero y la intrascendencia de Augusto. La mayoría del público fortinero pedía el ingreso de Díaz al lateral. Gareca, bajo la excusa de la "rotación programada", dejó en el banco al Poroto y le dió la chance a Gastón. ¿El resultado? Un aplazo mayúsculo para quien fue el peor jugador de Vélez en la noche. Tímido, inocente, con miedo se lo notó al lateral, que ni en la faz defensiva ni en la ofensiva supo tener un nivel aceptable. En el primer tiempo, la mayoría de los ataques del Albo vinieron por su sector y, sorpresivamente, nunca se encontraba en su posición (algo que también se le criticó mucho a Cubero). Para colmo, cada vez que pasaba al ataque, no tenía ideas de que hacer con la pelota en los pies. Muy mala actuación del ya no tan pibe.

Adelante pasó lo que varios pensaban que podía llegar a pasar. El juego en el medio estuvo, de la mano de Moralez y algún que otro destello de Ramírez (que sigue sin acoplarse al juego del Fortín y aún no puede hacerse eje del ataque, ni siquiera a veces puede participar, como dejó evidenciado en todo el segundo tiempo). Lo que no estuvo fue la puntada final, porque Papa tuvo la chance de tirar varios centros a la carrera y nunca hubo un jugador de Vélez (salvo el gol fortinero, previo desborde de Martínez) buscando a la pelota y no esperándola. Esa es la gran diferencia en las pelotas paradas y en las jugadas por el aire entre Vélez y varios equipos de este torneo: los jugadores de Vélez siempre esperan la pelota en lugar de ir a buscarla, tanto en defensa como en ataque. Ya nos presentamos casi resignados ante cada córner o tiro libre a favor que tiene Vélez en forma de centro. Es casi una constante que ganen los jugadores del rival, y esto, en un equipo que quiere pelear seriamente por el campeonato, pero sobre todo por la Copa, es un déficit gravísimo.

Entre lo positivo, poco se puede decir. La entrega y el juego de Moralez es para aplaudir de pie. Se banco hasta una patada monstruosa que merece más de 3 fechas de suspensión (por parte de Gigliotti) y varias patadas del resto de los visitantes. La pidió siempre, nunca se escondió y fue la manija del equipo (aún sin jugar bien). La verdad es que emociona lo del Enano. También fue buena la tarea de Zapata, quien tal vez en el segundo tiempo pecó por trasladarla demasiado, cuando los espacios se cerraban. El otro dato positivo, si se quiere (y haciendo fuerza por verle algo positivo a esta derrota) es que Ramírez, pese a no jugar bien, convirtió nuevamente, más teniendo en cuenta que Vélez ahora va a depender de bombazos de fuera del área o de entrar a puro toque al área con "los talentosos".

Habrá que hacer borrón y cuenta nueva pensando en el domingo que viene ante Argentinos Juniors, pero la verdad es que es difícil. Nos ganó un equipo que no tiene demasiado, y nos ganó sin excusas. Nos ganó porque fue más inteligente, pero sobre todo, nos ganó porque jugamos mal. Habrá que mentalizarse de que esto se puede revertir y ver si esta postura de no traer un delantero más y apostar por los mas chicos es la postura adecuada, o tal vez se podrá hacer un esfuerzo para que el equipo no sufra tanto durante 2 o 3 semanas.

viernes, febrero 18, 2011

Vélez 3 - Caracas 0: A Paso Firme


Haciendo su debut en esta Copa Libertadores, en un José Amalfitani con muy buen marco, Vélez Sarsfield derrotó el martes por la noche a Caracas de Venezuela por 3-0, con goles de Moralez, Ramírez y Martínez. En un partido que fue dominado claramente por el local desde el minuto 0, y pese a no haber sido tan vistoso como en el final del pasado Torneo Apertura 2010, el equipo de Gareca demostró que aún sin generar una gran cantidad de jugadas de gol se puede dar sensación de tranquilidad y de superioridad sobre el rival. Cuando no se juega bien, dice el dicho, hay que ganar como sea.

Ante todo, quiero expresar mi descontento con aquellos que hablan de un Vélez que solo ganó “por dos zapatazos y un penal”, como he visto en alguna que otra página partidaria. Describir así el partido del martes es un intento bastante básico por menospreciar la victoria conseguida. Ganar en la Copa nunca es fácil, ni siquiera de local y ante un rival con 10 jugadores, eso es algo que la historia avala. Es cierto que Vélez no tuvo esa claridad mental a la hora de elaborar los ataques, como también es cierto que el triunfo estaba al caer, ya que la posesión de la pelota fue prácticamente total. No dejo de ver que el potencial de este equipo está mucho más arriba de lo que se ha visto en estos 2 partidos oficiales en el año, pero tampoco dejo de ver que una remontada en Avellaneda y un triunfo sin esforzarse de local, generando una diferencia de 3 goles, no parece algo negativo. Más teniendo en cuenta la gran cantidad de lesiones que nos azotan.

En cuanto al partido en sí, se pueden destacar algunos puntos en particular:

* El jugador estrella: sin dudas, si hoy por hoy un jugador del equipo es imprescindible para el Fortín, es Maximiliano Moralez. Aún teniendo otros jugadores en su puesto, el Enano, cuando tiene ganas, es incomparable. Cuando está en uno de sus días, es un deleite, pero si no se levantó con el pie derecho o las cosas no le salen, se lo va a ver corriendo al rival, pidiendola siempre desde cualquier punto de la cancha y comandando los ataques fortineros. Incluso tuvo la picardía de patear al arco en esa rápida jugada que armó Papa a la salida de un córner, ya que consideró (como él mismo lo declaró) que “el arquero era bastante petiso”. Parece que no se equivocó…que golazo para abrir el partido.

* La levantada de Ramírez: después de un magro debut en la cancha de Independiente, el ex Godoy Cruz logró reencontrarse con su fútbol al sacudir el arco del arquero venezolano con un tremendo gol, que liquidó un partido que parecía definido desde el gol de Moralez. Que facilidad para pegarle con ambas piernas y de larga distancia. Esperemos que pueda adaptar su juego más de estratega y de pensar a la velocidad que a veces quieren imprimirle Martinez y Moralez a las jugadas en la ofensiva. Es imperioso que el Gato Rojo se convierta en el eje de los ataques y se use a los dos anteriormente mencionados para el momento de la explosión en los últimos metros.

* El retorno al nivel de Domínguez: que gusto da ver al Seba de nuevo manteniendo un nivel acorde a lo buen jugador que es. Después de haber tenido aquel bajón en el pasado año, ante Caracas demostró en cada corte y haciendo simple cada jugada que podía traer peligro la categoría que tiene, esta vez, al lado de Fernando Tobio. Una gran noticia pensando en lo que se viene que Sebastián pueda mantener este nivel.

Ahora a pensar nuevamente en el Torneo Clausura, ya que este sabado se viene un duro rival como All Boys, inmerso en la polémica “Gio”, pero que va a plantear algo parecido a lo que desarrolló ante Racing: mucha pierna fuerte y pelotazo a los grandotes de arriba. Habrá que ser inteligentes y no apartarse del libreto que siempre pregonó el Tigre, con la pelota por el piso y la inteligencia para suplir la falta del nueve de área.

PD: ¿Realmente es una buena opción no traer un centrodelantero para jugar la Copa y el campeonato? ¿Podrán aguantar los chicos Giusti y Rescaldani la presión de lo que significa jugar una Copa? A los dirigentes hay que evaluarlos por sus decisiones…

martes, febrero 15, 2011

Víctor, el bebé velezano

Independiente 2 - Velez 2: Empate Agridulce


En la noche del viernes, Vélez igualó en su cotejo ante Independiente por 0-0, en lo que fue su primer partido en este Torneo Clausura 2011. Con algunos momentos de zozobra y otros de buen juego, el equipo de Gareca levantó un 0-2 que parecía complicado (no por lo que había hecho el rival sino mas bien por el bajo nivel propio) y no tuvo la chance de ganarlo por algunas decisiones controvertidas del árbitro que detuvieron bastante el juego a partir del empate.

La sensación de este resultado sin dudas es agridulce, pero termina aportando más de lo que resta. Es cierto que, en principio, la lógica marcaba un triunfo de un equipo que salió subcampeón (por esas cosas del fútbol) frente a otro que terminó último en el torneo pasado, pero también lo es que la lógica cada vez más se toma vacaciones en nuestro fútbol. Independiente hizo su juego: corrieron todos, metieron todos, se replegó bien y apostó a esa bendita arma que practican y ejecutan tan bien, como lo son las pelotas paradas. A partir de esto, se encontró con una ventaja impensada, que no supo manejar con criterio. Vélez, por su parte, apeló más al amor propio que a la claridad para poder revertir el resultado y, sin demasiada ayuda por parte del jugador que debía ser la manija a nivel estratégico (Ramírez, visiblemente afectado por la falta de conocimiento con sus compañeros) Moralez se calzó el traje de héroe y una vez más abrió el camino para la remontada.

El balance en última instancia, teniendo una visión optimista del panorama (permitamos esto estando a una fecha de comenzo el torneo) es positivo. Siempre es complicado remontar un 0-2 y por más que sea Independiente, que no viene jugando bien, el escenario no era fácil. Se vieron algunas cositas interesantes de Franco cuando entró, con muchas ganas y sentido de la ubicación, y tal vez no la versión esperada de Ramírez, quien habia tenido muy pocos entrenamientos junto a sus compañeros como para ser el arma letal organizativa que fue en Godoy Cruz. En cuanto a lo negativo, sin dudas se imponen dos vertientes: las falencia en las pelotas paradas (tanto a favor como en contra) y la bendita banda derecha.

Respecto a los balones detenidos, lo de Vélez comienza a ser preocupante. No estamos descubriendo hoy, después de que nos hayan hecho dos goles casi calcados, que el fuerte del Fortín de Gareca nunca fue la pelota parada, pero esto no quita que sea como para prestar atención al asunto. Ya van 2 años y monedas del Tigre al frente del equipo, y que no podamos generar situaciones de gol de pelotas quietas después de tanto tiempo, da como para tomar cartas en el asunto de forma más directa. No se ven movimientos interesantes como sí pudimos ver en Independiente, en donde sus jugadores, ante cada tiro libre, se movían cual formación alemana en un Blitzkrieg y no permitían la marca fácil. No desconocemos que Independiente tiene otras falencias más graves, como por ejemplo no poder tener un volumen mayor de juego a lo que demostró en las últimas actuaciones. Se sabe: Independiente mucho mejor de lo que jugó el viernes difícilmente lo haga en el futuro, y Vélez en ese sentido tiene mucho por dar aún. Pero no estaría de más prestarle atención a este ítem para poder tener variantes en el ataque y, en el momento de un empate o de ir en desventaja, no tener que rezarle a alguna iluminacion de Moralez o Martinez.

Por el otro lado, lo de la banda derecha ya empieza a ser evidente. El nivel bajísimo de Cubero y la intrascendencia de Augusto no permiten que el equipo pueda tener salida clara por ese lado. Lo del Poroto es algo recurrente y viene desde hace más de 6 meses. Se entiende que es un símbolo del club, alguien que ha estado mucho tiempo y se merece una banca tal vez más importante que la que merece el resto. Pero el problema comienza cuando es contraproducente para el equipo, con su pobre cobertura defensiva y su casi nulo aporte en ataque (salvo contadas excepciones). Esto, sumado a los múltiples fouls que hace, sabiendo que el rival se especializa y tiene casi como único recurso la pelota parada, no suma para nada. Lo de Augusto es también algo conocido pero que no por eso deja de ser recurrente. A veces pareciera que trajimos al único volante por derecha que no sabe o no tiene la suficiente velocidad para desbordar. Intentó más de 3 veces desbordar por la punta y siempre ganaron los jugadores de Independiente. Solo en la jugada del primer gol tuvo visión y panorama, dejando a Moralez solo. El karma del 8 sigue…

Esperemos que el martes ante Caracas el equipo dé una nueva muestra de actitud y mejore en la faz futbolística, aún teniendo la mala noticia del desgarro de Silva. Los que salgan a la cancha tienen que recuperar la memoria y lograr un triunfo que nos haga empezar con el pie derecho la tan ansiada Copa.