En la noche mendocina del sábado, el Fortín empató 1-1 ante Godoy Cruz Antonio Tomba, marcando Rubén Ramírez para el local e Iván Bella (figura del visitante) para Vélez. Sin jugar demasiado bien pero revirtiendo un resultado que en las tierras del buen vino no es fácil hacerlo, los dirigidos por Ricardo Gareca sacaron un punto de un difícil reducto y empezaron el campeonato con el pie derecho.
En primer lugar, no se olvida cuando se escriben estas palabras que el rival de turno jugó con uno menos durante todo el segundo tiempo. Visto y considerando esta incidencia, probablemente el resultado más lógico para algún optimista hubiese sido el triunfo fortinero. Sin embargo, subestimar de tal manera a un conjunto como el de Da Silva es mínimamente pensar en forma soberbia. El sábado enfrentamos a uno de los mejores equipos de la temporada pasada y que dará pelea en el presente torneo.
Dicho lo anterior, sí se destaca la falta de creación y de claridad que tuvo Vélez en la faz ofensiva. Sólo va un partido y la pérdida de Maxi Moralez como conductor del fútbol velezano (más la imposibilidad de tener un chico como Ricky Álvarez que rompía esquemas) está demasiado fresca. Pese a esto, y tomando en cuenta varios partidos del torneo anterior, a Ramírez parece costarle y mucho ser el eje del equipo, tal como lo hacía en Godoy Cruz. Hasta ahora, en Vélez se ha destacado más por llegar por sorpresa y convertir que por jugar y hacer jugar bien. Se lo notó demasiado lento, molesto con su lesión (recurrentes a esta altura) y sin conectarse con los delanteros. Ojalá esto pueda irse supliendo con el correr de los partidos.
En contraposición a eso, está el gran momento que pasa Iván Bella. El chico que durante gran parte de los amistosos en la pretemporada pasada jugó como titular vuelve a decir presente y demostrar que lo hecho durante todo el semestre pasado no fue casualidad. Sin dudas Gareca lo tiene como primera opción de recambio, ocupando el lugar (no en cuanto a posición táctica sino en cuanto a importancia) que supo tener Ricky Álvarez anteriormente. Bien por el pibe, que con laburo, despliegue y talento se está ganando su lugar.
También es para destacar el esfuerzo del Burrito Martínez durante todo el partido para generar la diferencia en ataque, pese a los recurrentes golpes recibidos, y la buena tarea de Canteros haciéndose patrón de la mitad de la cancha durante gran parte del segundo tiempo. Tal vez estos fueron los puntos más altos del Fortín, que no tuvo como en otras noches a un Silva inspirado. Al Tanque se lo notó fastidioso y hasta generando dudas sobre su estado en el propio cuerpo técnico (se pudo ver a Gareca y al Turu preguntándose “¿qué le pasa?” en las imágenes de los resúmenes televisivos).
No fue ni malo ni bueno lo del Fortín ante Godoy Cruz. Difícilmente pueda calificarse con objetividad si se tiene en cuenta que el rival perdió un hombre demasiado pronto. Ojalá que la defensa y el mediocampo ajusten un poco las tuercas (Zapata, pese a las quejas, debería dejar de comprometer a la defensa con sus pases hacia atrás) para poder ver a un Fortín más sólido.
A no desesperarse que recién empieza. ¡Vamos Fortín de mi vida!