Hay algo que, en un fútbol como el que actualmente vivimos y respiramos, nutrido en su gran mayoría por jugadores jóvenes que recién comienzan a dar sus primeros pasos en la Primera División, es vital: la llamada experiencia. Se dice que los planteles que aspiran a ser campeones (o campeonar, como diría algún ex técnico velezano) necesitan de jugadores jóvenes, con hambre de gloria, y también necesitan esa cuota de experiencia, de jugadores con varias batallas en el lomo, para que los guíen.
En todo esto pensó la dirigencia velezana cuando en junio del 2007 fue a buscar un refuerzo de jerarquía, que hubiese jugado en algún equipo grande, que no se achicara en canchas difíciles, y que supiese hablarles a los más chicos. Ese refuerzo, justamente, fue Víctor Zapata. Se lo buscó pensando en su pegada, en su dinámica, en su voz de mando y en muchas cosas más, pero particularmente esta última. Sin embargo, en el partido ante Gimnasia de Jujuy, demostró que esa cinta de capitán y la “chapa” que tiene le quedan grandes. Que se entienda: esto no es hacer leña del árbol caído.
Sin embargo, es notorio que el nivel futbolístico de Zapata en ningún momento, desde su llegada a Vélez, fue realmente bueno. Salvo algún que otro tiro libre, todo ese ida y vuelta que el volante tuvo en River, en el Fortín nunca apareció. Hoy día, a Zapata le ganan en velocidad constantemente. Llámese edad, llámese trajín de los partidos, llámese como quiera.
Pero este bajo nivel futbolístico, más acciones como las que llevó a cabo el otro día, en un partido casi consumado, y sabiendo de la situación que vivía el plantel con respecto a las expulsiones, hacen que cada vez más la gente dude del compromiso de Zapata para con Vélez. No nos olvidemos: Vélez no sólo apostó por un jugador más, sino que apostó por EL jugador por el cual se pagó mucha plata, una plata que Vélez hacía rato no desembolsaba. Lamentablemente, por ahora, esa plata parece haberse desperdiciado.
Es sabido hace rato que Zapata es titular indiscutiblemente no solo por el nombre que se formó, sino por lo que la Comisión Directiva apostó al traerlo; tenerlo de suplente equivaldría a aceptar el fracaso de la contratación más importante de Vélez en los últimos años. Esto no es negocio para nadie.
Sin embargo, no hay mal que dure cien años, y toda cosa mala tiene su lado positivo. Probablemente a Zapata le den 1, 2 o 3 fechas, tiempo más que suficiente para que revea su lugar en Vélez, para que decida que quiere para él mismo y para el club que apostó tanto por él, y para que cambie su actitud. Que no se malinterprete: acá no se está juzgando la calidad del jugador, sí el compromiso. Sabido es que la presión de jugar en River no es la misma que la de jugar en Vélez, pero el sacrificio debe ser igual por ambas camisetas (después de todo, el sueldo es el mismo).
1 comentario:
De acuerdo. Pensamos que sería una contratación como Basualdo (Que tanto rindió en su momento) y vemos a un jugador del montón que no esta justificando la inversión. Tenemos que darle este tiempo y después ver.
Espero que él nos de algo y si no que el técnico tenga libertad de modificar (sin presiones) el esquema o los jugadores para bien del equipo.
Bien Velez...
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