domingo, octubre 26, 2008

Le soltaron la mano


En el periodismo deportivo de Argentina muchas veces se suelen utilizar diversas frases trilladas para exponer el momento de un equipo. Sin lugar a dudas, después de la actuación del equipo velezano ante Colón, no me queda otra cosa que pensar lo siguiente: le soltaron la mano a Hugo Tocalli.

Uno no es tremendista si expresa lo que se evidencia dentro del campo de juego. Hacía rato que no se veía jugar a Vélez tan displiscentemente, como lo vimos el campeonato pasado, algo que se evidenció en forma clara y concisa cuando desde las tribunas resurgió aquel cantito que tanto molestó a algunos de los referentes del plantel, y que hablaba de boliches y de ganas. El partido ante Colón dejó secuelas que van más allá de jugar bien o mal un partido: el equipo no puso lo que tenía que poner. Esto es claro desde el momento en que un referente para el equipo como lo es Leandro Somoza jugó un partido tibio. Que no se malinterprete: no se le cae a un ídolo (a esta altura eso es el número cinco de Vélez) por el mal nivel del día de hoy, un factor común entre sus compañeros, sino que es el mejor ejemplo para explicar porque uno piensa lo que piensa. Es muy raro que en un partido TODOS jueguen 5 veces peor de lo que lo hacen, y corran 5 veces menos que en otros partidos no demasiados lejanos. Para colmo, frente a la presión y a la falta de resultados, hasta Tocalli comenzó a tirar sus usuales manotazos de ahogado y mandó a la cancha al jugador estrella pedido por la gente, Roberto Nanni, que poco pudo hacer. Ese cambio evidenció que algo andaba mal.

Endeblez sorprendente en el fondo, tibieza para marcar en la mitad de la cancha y falta de actitud en los metros finales. Todo eso tuvo un Fortín que desde el primer minuto de juego pareció no saber hilvanar dos jugadas seguidas, como bien expresó su técnico en la conferencia de prensa. Esta vez no fue una cuestión de ser ofensivo o ser defensivo: esta vez fue una cuestión de ganas. Con un Barovero que debutaba, un Tobio que debe haber jugado uno de sus peores partidos en Primera, un Somoza que gambeteaba cuando no había que gambetear, y un Burrito Martínez muy solo, a Vélez solo le quedó rezarle a la gran figura de este equipo actualmente, por más irrisorio que suene: Emiliano Papa. El ex Central fue el único que sacó amor propio de donde no había para ir y venir todo el partido, intentando contagiar a unos compañeros que se sintieron muy cómodos en la adversidad. Realmente sorprende la actitud que demuestra el rosarino partido a partido, y es para aplaudir. También, dentro de lo mediocre del partido, fue rescatable la manera de afrontar el segundo tiempo del encuentro de Fabián Cubero, que cuando nadie quería tener la pelota en los pies, se hizo cargo y, con todas sus limitaciones (que son muchas) a cuestas, intentó sacar el equipo adelante.

No es un día grato como para hablar de lo que pasó en este cotejo ante Colón. En caliente uno puede decir muchas cosas de las que luego probablemente se arrepienta. Más allá de esto, hay algo que es claro: el ciclo Tocalli se terminó. Que los dirigentes quieran asumirlo ahora o dentro de 1 o 2 fechas no cambia demasiado las cosas. Hoy el ex DT de las juveniles nacionales tiró manotazos de ahogado tales como meter a Nanni (algo prohibido para Tocalli antes de este partido), intentar el milagro con el Yaya López o seguir poniendo a Bella por derecha, cuando cualquier mortal se da cuenta que de esta forma el pibe no puede hacer lo que mejor sabe que es desbordar. No es de innovador poner a un zurdo jugar por derecha, es de ignorante. Ojalá se tome con más cautela y con más precisión sobre todo la decisión sobre quién será el próximo entrenador del club. Esto no da para más...

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