En una nueva jornada de este Torneo Clausura 2009 que comenzó la semana pasada, el conjunto dirigido por Ricardo Gareca, Vélez Sarsfield, empató 1-1 en el José Amalfitani ante los conducidos por Claudio Vivas, Argentinos Juniors. Los goles los hicieron Ortigoza, de penal, para el visitante y Roberto Nanni, en la última jugada del partido, para el local. Sin haber sido un partido bien jugado por parte de ninguno de los dos equipos, sin dudas el que tuvo mayor control de pelota y las chances más claras fue el Fortín. Sin embargo, la anemia ofensiva se siente, y una vez más, el no contar con un centrodelantero de jerarquía le pasó factura a Vélez.
El partido comenzó con el equipo de la V azulada proponiendo y mostrándose más ambicioso que su rival. Con una formación similar a la del partido anterior, y con la única variante de Gastón Díaz por el suspendido Fabián Cubero, la idea de Gareca era que la creación de juego se recostara sobre los elegidos para conformar el doble enganche, Darío Ocampo y Maxi Moralez, abriendo el juego por las bandas con Papa por un lado y Cabrera o Díaz por el otro, y terminando la jugada en el único delantero de este equipo, Hernán Rodrigo López. Sin embargo, muchas veces lo planeado no sale como lo esperado, y éste fue uno de los casos. Vélez entró sin tener muchas ideas de cómo encarar a un equipo que apostaba al contragolpe y se replegaba casi en su totalidad, exceptuando a sus dos delanteros, Pavlovich y Hauche. Y justamente, por esta combinación explosiva de falta de ideas del local, y una táctica netamente defensiva del rival, fue que llegó la sorpresa y el gol del equipo visitante. Porque hasta el momento en que Montoya le cometió un penal plenamente evitable a Gabriel Hauche (vale aclarar que fue la única desatención grave de la dupla de centrales en el partido) el partido había sido mal jugado y sin situaciones de gol claras para ninguno de los dos equipos.
En una jugada aislada, un bochazo en profundidad que no pudieron prever ni Ponce ni Domínguez, Hauche explotó su velocidad y fue derribado por el arquero velezano. El penal lo cambió Ortigoza por gol, y Argentinos se ponía en ventaja. Con más ganas que fútbol, Moralez intentó ser la manija del equipo, pero sin dudas no fue su mejor día, ya que en el mano a mano que intentó constantemente perdió ante el medio o la defensa del Bicho, y sobre todo, en su duelo personal con Nestor Ortigoza. El volante de Argentinos fue de lo mejorcito, manejando bien la pelota y generando desacoples en el medio fortinero. Recién sobre el final de la primera parte López tuvo un par de ocasiones que desperdició. Vale la aclaración: el Turu Flores o los encargados de entrenar la parte ofensiva del equipo tienen que explicarle a este uruguayo tan particular que, al momento de ir a buscar el centro, intentar siempre que la pelota sobre al defensor, cuando cualquiera de los dos centrales tienen una altura muy considerable como Caruzzo o Scotti, no es la mejor idea. Recién cuando ejercitó la mente y fue a buscar el primer palo tuvo la primera chance neta de gol. Tan difícil no era…
En la segunda parte, Gareca dispuso que un errático Ocampo (¿realmente está para jugar de titular en un equipo que quiere pelear el campeonato?) deje su lugar y sea reemplazado por Jonathan Cristaldo. Este delantero que jugase para el Sub 20 hace pocos días sin dudas estuvo movedizo e intentó recurrentemente, aunque el planteo del rival (todos abajo y sálvese quien pueda) no lo ayudó demasiado. Combinando con Maxi, muchas de las jugadas de peligro venían de sus pies, pero evidentemente faltaba alguien que la metiera, ya que López seguía siendo una sombra, bajando pelotas para Dios sabe quién, en lugar de apuntar la mira hacia el arco. Lo tuvo Zapata, por arriba, pero cabeceó muy mal. También entraron Roberto Nanni y Alejandro Cabral, para intentar cambiar la historia, por un perdido Víctor Zapata y un Gastón Díaz que no tuvo uno de sus mejores partidos. Parecía que Vélez iba a caer inmerecidamente ante un rival que no hizo nada para llevarse los 3 puntos pero que en una sola jugada podía basar su triunfo. Sin embargo, en la última jugada del partido, y en el primer tiro libre en el cual el encargado no fue Nicolás Cabrera (quien durante toda la tarde tiró muy mal los centros, salvo aquel que cabeceó Zapata) Emiliano Papa le dio con rosca, pasado, al segundo palo, para que entre el “Pistolero” Nanni y decrete el empate en la última jugada del partido. Premio a la insistencia y la perseverancia.
Este partido sin dudas que deja mucha tela para cortar. Por un lado, en el aspecto defensivo, queda claro que Vélez está muy sólido y, basado en la fortaleza de su dupla central que se acopló muy bien, y en laterales que se complementan (Papa con salida y Cubero en su faz defensiva) no ha sufrido demasiado en estos 2 partidos. Hilando bien fino, sí pudo verse una zona débil del mediocampo fortinero, que pasaba más que nada por el sector del medio hacia la izquierda, ya que Razzotti, que no está acostumbrado a jugar en el medio solo (o por lo menos aún no demostró que puede hacerlo) quedaba sin compañeros para recuperar la pelota, debido a que Víctor Zapata estaba en una posición híbrida: ni atacando ni defendiendo. Éste sería un punto a analizar por parte de Gareca, ya que Cabrera tiene más aptitudes ofensivas que defensivas, y Zapata no colabora en la marca. Por consiguiente, ante un equipo medianamente ambicioso, puede llegar a ser un problema. Por el otro lado, viene el aspecto ofensivo, en el cual se observan los mayores déficits de este equipo. Sin exagerar, Vélez necesita imperiosamente de un centrodelantero. Parte de esta inocencia que demuestra en ataque el conjunto de Liniers parte de la idea de que López no es 9, y tampoco intenta serlo. Un jugador que constantemente está fuera del área, y que al ir a buscar un centro piensa más en dar el pase a un compañero que en convertir, definitivamente no puede ser el delantero neto. Esto no sería tanto problema si el técnico no decidiese jugar con un solo centrodelantero, pero actualmente así lo dispone Gareca. Por consiguiente, con un Ocampo que nunca termina una jugada de la manera correcta, y un López que no juega de 9, se hace extremadamente difícil generar situaciones de riesgo o poner al rival en apuros si los únicos responsables son Maxi Moralez (de mala tarde ayer) o Emiliano Papa llegando desde el fondo. Evidentemente el esquema táctico que dispuso Gareca tiene sus falencias, y no vendría mal ver más sorpresa en ataque con la inclusión del Churry Cristaldo o del pibe Velázquez para sacudir un poco la estantería, y generar más desequilibrio. Ojalá Larrivey haya llegado en un buen estado físico y entre con el pie derecho cuando debute en el Fortín, así cura esta anemia ofensiva que sufrimos.
Vélez cosechó un nuevo empate, esta vez de local, que no ayuda a mantener esa esperanza depositada luego del primer partido, pero que, vale la aclaración, se da en un momento prematuro del campeonato, dando la chance de cambiar la cara. Hay plantel y hay ganas…
El partido comenzó con el equipo de la V azulada proponiendo y mostrándose más ambicioso que su rival. Con una formación similar a la del partido anterior, y con la única variante de Gastón Díaz por el suspendido Fabián Cubero, la idea de Gareca era que la creación de juego se recostara sobre los elegidos para conformar el doble enganche, Darío Ocampo y Maxi Moralez, abriendo el juego por las bandas con Papa por un lado y Cabrera o Díaz por el otro, y terminando la jugada en el único delantero de este equipo, Hernán Rodrigo López. Sin embargo, muchas veces lo planeado no sale como lo esperado, y éste fue uno de los casos. Vélez entró sin tener muchas ideas de cómo encarar a un equipo que apostaba al contragolpe y se replegaba casi en su totalidad, exceptuando a sus dos delanteros, Pavlovich y Hauche. Y justamente, por esta combinación explosiva de falta de ideas del local, y una táctica netamente defensiva del rival, fue que llegó la sorpresa y el gol del equipo visitante. Porque hasta el momento en que Montoya le cometió un penal plenamente evitable a Gabriel Hauche (vale aclarar que fue la única desatención grave de la dupla de centrales en el partido) el partido había sido mal jugado y sin situaciones de gol claras para ninguno de los dos equipos.
En una jugada aislada, un bochazo en profundidad que no pudieron prever ni Ponce ni Domínguez, Hauche explotó su velocidad y fue derribado por el arquero velezano. El penal lo cambió Ortigoza por gol, y Argentinos se ponía en ventaja. Con más ganas que fútbol, Moralez intentó ser la manija del equipo, pero sin dudas no fue su mejor día, ya que en el mano a mano que intentó constantemente perdió ante el medio o la defensa del Bicho, y sobre todo, en su duelo personal con Nestor Ortigoza. El volante de Argentinos fue de lo mejorcito, manejando bien la pelota y generando desacoples en el medio fortinero. Recién sobre el final de la primera parte López tuvo un par de ocasiones que desperdició. Vale la aclaración: el Turu Flores o los encargados de entrenar la parte ofensiva del equipo tienen que explicarle a este uruguayo tan particular que, al momento de ir a buscar el centro, intentar siempre que la pelota sobre al defensor, cuando cualquiera de los dos centrales tienen una altura muy considerable como Caruzzo o Scotti, no es la mejor idea. Recién cuando ejercitó la mente y fue a buscar el primer palo tuvo la primera chance neta de gol. Tan difícil no era…
En la segunda parte, Gareca dispuso que un errático Ocampo (¿realmente está para jugar de titular en un equipo que quiere pelear el campeonato?) deje su lugar y sea reemplazado por Jonathan Cristaldo. Este delantero que jugase para el Sub 20 hace pocos días sin dudas estuvo movedizo e intentó recurrentemente, aunque el planteo del rival (todos abajo y sálvese quien pueda) no lo ayudó demasiado. Combinando con Maxi, muchas de las jugadas de peligro venían de sus pies, pero evidentemente faltaba alguien que la metiera, ya que López seguía siendo una sombra, bajando pelotas para Dios sabe quién, en lugar de apuntar la mira hacia el arco. Lo tuvo Zapata, por arriba, pero cabeceó muy mal. También entraron Roberto Nanni y Alejandro Cabral, para intentar cambiar la historia, por un perdido Víctor Zapata y un Gastón Díaz que no tuvo uno de sus mejores partidos. Parecía que Vélez iba a caer inmerecidamente ante un rival que no hizo nada para llevarse los 3 puntos pero que en una sola jugada podía basar su triunfo. Sin embargo, en la última jugada del partido, y en el primer tiro libre en el cual el encargado no fue Nicolás Cabrera (quien durante toda la tarde tiró muy mal los centros, salvo aquel que cabeceó Zapata) Emiliano Papa le dio con rosca, pasado, al segundo palo, para que entre el “Pistolero” Nanni y decrete el empate en la última jugada del partido. Premio a la insistencia y la perseverancia.
Este partido sin dudas que deja mucha tela para cortar. Por un lado, en el aspecto defensivo, queda claro que Vélez está muy sólido y, basado en la fortaleza de su dupla central que se acopló muy bien, y en laterales que se complementan (Papa con salida y Cubero en su faz defensiva) no ha sufrido demasiado en estos 2 partidos. Hilando bien fino, sí pudo verse una zona débil del mediocampo fortinero, que pasaba más que nada por el sector del medio hacia la izquierda, ya que Razzotti, que no está acostumbrado a jugar en el medio solo (o por lo menos aún no demostró que puede hacerlo) quedaba sin compañeros para recuperar la pelota, debido a que Víctor Zapata estaba en una posición híbrida: ni atacando ni defendiendo. Éste sería un punto a analizar por parte de Gareca, ya que Cabrera tiene más aptitudes ofensivas que defensivas, y Zapata no colabora en la marca. Por consiguiente, ante un equipo medianamente ambicioso, puede llegar a ser un problema. Por el otro lado, viene el aspecto ofensivo, en el cual se observan los mayores déficits de este equipo. Sin exagerar, Vélez necesita imperiosamente de un centrodelantero. Parte de esta inocencia que demuestra en ataque el conjunto de Liniers parte de la idea de que López no es 9, y tampoco intenta serlo. Un jugador que constantemente está fuera del área, y que al ir a buscar un centro piensa más en dar el pase a un compañero que en convertir, definitivamente no puede ser el delantero neto. Esto no sería tanto problema si el técnico no decidiese jugar con un solo centrodelantero, pero actualmente así lo dispone Gareca. Por consiguiente, con un Ocampo que nunca termina una jugada de la manera correcta, y un López que no juega de 9, se hace extremadamente difícil generar situaciones de riesgo o poner al rival en apuros si los únicos responsables son Maxi Moralez (de mala tarde ayer) o Emiliano Papa llegando desde el fondo. Evidentemente el esquema táctico que dispuso Gareca tiene sus falencias, y no vendría mal ver más sorpresa en ataque con la inclusión del Churry Cristaldo o del pibe Velázquez para sacudir un poco la estantería, y generar más desequilibrio. Ojalá Larrivey haya llegado en un buen estado físico y entre con el pie derecho cuando debute en el Fortín, así cura esta anemia ofensiva que sufrimos.
Vélez cosechó un nuevo empate, esta vez de local, que no ayuda a mantener esa esperanza depositada luego del primer partido, pero que, vale la aclaración, se da en un momento prematuro del campeonato, dando la chance de cambiar la cara. Hay plantel y hay ganas…
2 comentarios:
De lo que yo vi en la cancha, digo que por mas que no le salieron el Enano Moralez es evidentemente un jugador diferente, aun en un partido regular generó todo el juego que pudo.
Lo de Ocampo y Lopez sin palabras, nada que agregar que no se sepa o se haya visto.
Razzotti, es lo que siempre fue: un tronco. Lo pasan como colectivo lleno y Cabrera no está andando.
Pero ojo, Zapata (q no es santo de mi devocion) yo lo vi bien ayer, Papa está jugando muy bien y demostrando porque es convocado a la seleccion, pero el destacado claramente fue Dominguez, impasable, si ese muchacho juega así todos los partidos y el Chileno anda bien, defensivamente no debemos tener problemas, mas aun con la vuelta de Poroto.
Dominguez jugó una enormidad y Ponce también anduvo bien.
El arquero me gusta aunque siempre lo prefiero a Barovero.
Muy bueno el párrafo final.
Antes de empezar a decir algunas cosas, me gustaría dar mi "11 titular"... que formaría así (entre paréntesis agrego las segundas variantes en ese puesto): Montoya; Cubero, Domínguez, Ponce, Papa; Cabrera (Díaz), Razzoti (obvio que Somoza cuando se recupere), Zapata (Bella); Moralez; Cristaldo y Larrivey (Nanni).
A ver... efectivamente Ocampo no está para titular. No me gusta para nada su juego. Dispone de buena técnica, sí, pero eso no lo hace un buen jugador. Es poco compañero, no sabe ubicarse en la cancha, no la pide, corre mirando al piso. Y lo peor de todo es que es IRREGULAR, porque se puede mandar un golazo como contra Racing en Avellaneda, y ásí generar opiniones encontradas en torno a si debe o no jugar en Vélez. A mi gusto no, porque Vélez se basó y se hizo grande gracias al compañerismo y a la solidaridad, principalmente. Pero bueno, ya que está en el plantel, debería estar en el banco y entrar no más de 20 minutos en algún partido que se presente muy cerrado.
La dupla central impecable, con mucha personalidad y solidez.
Cabrera desconocido en estos dos partidos tanto por su look como por su rendimiento (en la tribuna de Huracán me preguntaba quién podía ser aquel rapado que ocupaba el medio por la derecha). Pero Nico no se destaca por sus dotes técnicas, sino por su funcionalidad, y eso seguramente lo recobrará en los partidos que vienen. Razzoti no es Somoza, pero tampoco desentonó con lo regular que fue el partido y no tuvo fallas groseras.
Moralez, se dijo, no tuvo un buen partido.
Coincido en que López debiera pasar más tiempo en el área. La única que tuvo ,en el 1er tiempo, se fue muy cerquita del palo derecho. Ni lo repruebo ni lo defiendo a ultranza, pero cómo me fastidia ver que la gente espera a que se equivoque (ya sea saltando o dando un pase erróneamente) para silbarlo o insultarlo. Si Larrivey llegase a quedarse con el puesto, tanto López como Nanni serían dos buenas alternativas para un segundo tiempo en el que haya que poner "toda la carne al asador".
Por último, quisiera comentar la importancia de que Papa forme parte de este nuevo proceso de la Selección dirigida por Maradona. Y que más allá de su bajo perfil, sepa transmitir todo lo que está vivenciando, y que le sea de utilidad principalmente a los más pibes del plantel.
Hay equipo, hay ganas. La hinchada acompaña. ¡VAMOS VÉLEZ!
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