En un encuentro que se caracterizó fundamentalmente por el ida y vuelta, las situaciones de gol y las ganas de ganar de ambos equipos, el Fortín empató 1-1 ante River Plate en el José Amalfitani. Los goles los hicieron Cristian Villagra para el conjunto visitante (gran emboquillada) y Rodrigo López para el equipo de Liniers (con una magistral chilena). Sin demasiada prensa, pero sí con mucho corazón y sacrificio, Vélez se mantiene invicto en lo que va del torneo y demuestra que puede pelear ahí arriba.
Sin ser un partido de un nivel estético importante, los equipos de “Pipo” Gorosito y el “Tigre” Gareca fundamentaron todas las cosas positivas que se decían de ambos con buenas intenciones y propuestas interesantes. Por el lado de River, se intentó jugar mucho con el jugador más mediático que tiene, intentando absorber la presión por ese lado y dejar más libre a Falcao. Buonanotte no tuvo una buena tarde y no pudo desequilibrar demasiado, más allá de alguna situación aislada de gol, pero de la mano de los laterales intentaron jugar a la espalda de Ocampo y de Papa. Vélez, por su parte, apostó al esquema que le venía dando réditos en los últimos encuentros, y le dio la responsabilidad de la creación de juego a Maxi Moralez principalmente, y con los actores de reparto Darío Ocampo y Víctor Zapata empujando desde más atrás. La realidad es que la apuesta del misionero como volante por derecha terminó dando un muy mal resultado, provocando ataques constantes del rival por esa banda (volvía caminando el muchacho) y haciendo agua a la hora de encarar a los defensores rivales. A mí, personalmente, me sorprende como cayó el nivel de este jugador que supo ser rapidísimo (recordar el gol con Racing) y hoy día es lento, no puede gambetear y la jugada se diluye en sus pies. En fin, en síntesis, ambos equipos propusieron jugar al fútbol y se notó.
Si se hace un balance de ambos tiempos, se puede decir que River dominó levemente en la primera parte en cuanto a situaciones de gol, pero también se debe aclarar que se repartieron la pelota entre ambos equipos constantemente. Lo cierto es que, durante el primer tiempo y también en la segunda parte, Germán Montoya fue figura estelar. Tapó varios mano a mano (sobre todo a Buonanotte x 2) y demostró que, debajo de los 3 palos, es un arquero de Selección (en pelotas aéreas ya es otra cuestión). Vélez intentó en el primer tiempo pero Maxi no lograba engancharse, Ocampo se perdía en la intrascendencia, López solo no podía y quedaba únicamente alguna escapada furtiva de Papa y la movilidad de Larrivey. Para el segundo tiempo se notó más empuje por parte de Vélez, que intentó ir acorralando el rival con algunas gambetas de Ocampo yendo de afuera hacia adentro, y con Papa mostrándose como una salida constante (es importante destacarlo incluso cuando los flashes de las cámaras no están con él, sigue siendo el jugador más regular de Vélez). River, por su parte, salía rápido de contra y complicaba bastante con los volantes y laterales más que con sus delanteros. Y justamente en este último punto es importante destacar la GRAN tarea de Nicolás Otamendi, un chico que hasta logró que los medios lo reconocieran en un partido con varias estrellas y varios estrellados. Es impresionante la actitud que tiene este pibe, además del timming y la sapiencia para salir a cortar y maniatar a los delanteros rivales. No sólo marca sino que no es un negado con la pelota, y demuestra una personalidad que a veces hasta asusta. Como lo dije en alguna otra columna, es lo más parecido a Pellerano pero con cabezazo y más temple.
Luego del desafortunado gol de River (que llega a partir de un mal rechazo de Bella) fue importantísimo que Vélez haya encontrado el empate casi inmediatamente porque eso le brindó una tranquilidad y una fuerza extra para ir a buscar el partido. Pero, y siempre el pero, no contaban con la astucia de Jonathan Cristaldo. Desde acá, personalmente, no me gusta crucificar a un pibe que, aunque tiene varios partidos en Primera, todavía está empezando su carrera. Sin embargo, creo que es necesaria una reprimenda y una charla profunda para explicarle que aún Mauro, en sus momentos de caprichoso y de malcriado, tuvo que bajar a Sexta y entender que la Primera es otra cosa. Russo lo supo llevar y después rindió sus frutos. Esto es lo mismo: si él no entiende que jugar en Primera significa ser un jugador más responsable y pensar en un equipo que venía dejando el alma en cada cruce y en cada choque, tendrá que descansar y reflexionar. No es únicamente por este partido, sino porque ya se lo venía notando bastante fastidioso por el hecho de no ser titular, y esto deberá cambiarlo. Es chico y tiene tiempo, a tenerle paciencia. Se podría haber hecho algo más si no hubiese sido por esta expulsión, pero Gareca entendió, muy sabiamente, que el empate era un buen resultado teniendo en cuenta el contexto, y cerró el partido con Díaz.
Se empató con River de local. ¿Es buen resultado? Desde luego que la idea era ganar y que un triunfo sobre un candidato al título, que se está recuperando, era muy importante desde lo anímico. Sin embargo, creo que, viendo como se desarrolló el encuentro, el empate fue productivo. Más que nada por la actitud y el juego que demostró Vélez. Razzotti, Cubero, Domínguez, Otamendi, ninguno se achicó y le demostró a todo este circo de los medios que River de ninguna manera es más que Vélez. Probablemente quede el sabor amargo de la expulsión y la pérdida de poder ir a buscar el triunfo con más ímpetu, pero son detalles y circunstancias del partido. Lo importante es que el Fortín no se achicó en ningún momento y mostró que está para dar pelea.
PD: Nunca nos olvidemos de Emanuel.