domingo, abril 12, 2009

Practicidad a flor de piel


Toma aire, inflate bien el pecho y grítalo con ganas: Vélez es el único puntero del campeonato. Cuando parecía que la punta se convertía en una maldición, que los equipos no la querían demasiado (Lanús, Colón) el Fortín tiró por la borda todo eso y le ganó sin pasar demasiados sustos a un alicaído San Lorenzo por 1-0, con un gol de Rodrigo López, de penal (generado por él mismo). Había que ganar y se ganó.

Impresionante todo el público velezano que se acercó hasta el Nuevo Gasómetro para acompañar a un Vélez que tenía la gran chance de quedarse con la punta en soledad. Lanús había perdido, Colón había empatado y estaba todo servido para que el equipo de Ricardo Gareca asuma el trono. Enfrente tenía a un equipo que venía en baja, recién eliminado de la Copa Libertadores (“la Copa no es para vos…” se escuchó por el Bajo Flores) pero con un plantel de jerarquía. El encuentro no iba a ser fácil y, pese a que el desarrollo no demostró demasiadas situaciones de gol en contra, hay que aclarar que tampoco fue un trámite. Es cierto: a partir del gol velezano, el partido parecía liquidado. Vélez hacía circular la pelota y San Lorenzo corría desesperadamente tras ella. Pero, y siempre hay un pero, la poca picardía ofensiva y el desperdicio de varias chances de gol pusieron el triunfo mínimamente en duda. Se podría haber liquidado antes, pero hubo que sufrir un poquito al final.

Vélez salió a jugar este partido teniendo bien en claro que iba a ser tan duro como los demás, y que San Lorenzo no iba a regalar nada. Con el Bebu Velázquez y Maxi Moralez como encargados de generar juego (secundados por Víctor Zapata, de un gran encuentro) Larrivey y López iban a ser los encargados de quebrar el 0. En el fondo, los de siempre: Cubero, Domínguez, Otamendi (increíble lo que está jugando), Papa y Razzotti dando una mano en el mediocampo. En fin, la misma base que venía jugando, salvo por la inclusión del juvenil Velázquez que, si bien amagó a comerse la cancha, a fin de cuentas no tuvo un gran partido y su juego se diluyó.

En el primer tiempo, ambos equipos no lograron generar demasiadas chances de gol, y tuvieron diferentes ideas a la hora de encarar el encuentro: Vélez apostó a la circulación del balón y esperó a que San Lorenzo lo salga a buscar, para luego lastimar. Mucho juego por abajo y mucha movilidad en ataque. El local, por su parte, se valió del talento del Papu Gómez y de alguna corajeada de Bergessio para inquietar, pero sin demasiados frutos. Lo que se podría denominar unos 45 minutos a puro aburrimiento, salvo por alguna chance de Maxi de larga distancia. Pero sobre el final, cuando parecía que el encuentro se iba 0-0 al entretiempo, el Roro López aguantó la pelota, giró y fue derribado por el Gallego Méndez (de gran partido). La gran chance para el uruguayo que, con categoría (hay que decirlo) ubicó la pelota a la derecha de un Navarro que fue hacia el otro lado, y puso el 1-0. Panorama espectacular para lo que se venía, y Vélez que terminó la primera parte luciéndose a puro toque y toque.

Para la segunda parte, el equipo de Ricardo Gareca nuevamente decidió apostar a la posesión de la pelota y a hacerla circular, aunque careciendo de una audacia ofensiva que podría haber servido para liquidar antes el encuentro. Que se entienda: Vélez no jugó mal, sin embargo, podría haber intentado algo más. Teniendo en cuenta que CASLA no podía hilvanar 3 pases seguidos, y que Vélez podía hacer algún gol más, apostar desde el arranque del segundo tiempo a sólo tener la pelota tuvo gusto a poco. Por suerte, esta vez salió bien, ya que el local no tuvo demasiadas chances y Vélez, de la mano de Zapata, logró controlar el partido. Sin embargo, algunos tuvimos un deja vu del partido ante Central, y de tanto toquetear, podíamos sufrirlo. Se intentó ya transcurridos varios minutos del segundo tiempo, con los ingresos de Cristaldo (el muchacho tiene un tacho en la cabeza, encara siempre para afuera) y del Burrito Martínez (no se despertó nunca) pero no fue posible. Más allá de algún intento de López, Vélez se dedicó a cuidar su quintita pero sin replegarse demasiado, y le salió bien.

En el balance general, está claro que lo más destacable de este triunfo es la categoría para asumir la presión y ganar un partido que el periodismo y varios más daban por ganado. No es fácil jugar con la presión de ganar para ser único puntero y con un rival destruido anímicamente. Si ganás es lo lógico, y si perdés, es un desastre. Vélez evitó esto e hizo la lógica: ganó. Grandes actuaciones de Nico Otamendi (este chico se ganó la titularidad) y Víctor Zapata (cada vez es más distribuidor y entiende que donde mejor juega es en el medio, detrás de Maxi y de los atacantes, sin corajear demasiado). En el debe: las pocas chances para liquidarlo.

Se viene Arsenal, con todo lo que ese equipo significa para los fortineros. Un equipo duro, que viene de sacar un buen empate en Santa Fe, y que disfruta más del sufrimiento ajeno que de los logros propios. Habrá que tener la cabeza fría, no tener errores en el fondo y ser incisivos en el ataque pero sin desesperarse. Cada vez está más cerca…

1 comentario:

Puercoespín dijo...

Siempre espero algo del Burrito y nada... Me emociono cada vez que está por jugar pero nunca pasa nada.
Cómo desaprovecha chances este pibe.