lunes, marzo 12, 2007

Cambio de esquema o cambio de nombres?


Se ha hablado, se ha discutido y se ha criticado el sistema táctico que eligió Lavolpe desde que asumió en la dirección técnica del "Fortín". Un sistema que, desde que desembarcó en la Argentina (en su momento, de la mano de Bosta Juniors) prometió ser "novedoso" y "ultra-ofensivo", pero que, aplicado a la realidad, nunca tuvo toda la efectividad que prometía, y no cumplió con las expectativas que generó. El ya famoso 3-5-2, 3-4-3, 5-2-3 o 5-3-2 (según la persona que lo analice y/o el momento del partido) en la teoría promete movilidad extrema en sus jugadores, apariciones sorpresivas por los costados y un espíritu ofensivo al 100%. En la realidad, lo que garantiza (todo esto es HASTA AHORA) es una lateralización del juego exasperante, una lentitud inusual en un equipo de Primera (asemejándose a la nefasta Selección de Pekerman, comandada por el Capitán Frío) y oportunidades claras de gol para los rivales, ante la mínima equivocación (sea de los defensores como de los volantes).

Cuando un esquema táctico se implementa, lo primero que se tiene que tener en cuenta es, obviamente (y acá no estamos descubriendo América señores) el tipo de jugadores con los que uno cuenta. Hemos visto que en la teoría varios planteos tácticos suelen ser casi perfectos pero, a la hora de la verdad, los jugadores no pueden cumplir con él (sea por incapacidad o por tener otras características diferentes, como en Corea-Japón 2002). Esto es lo que pasa hoy en día con el Vélez del "Bigotón": se intenta jugar por abajo y no rifar nunca la pelota con varios jugadores que no se destacan por ser dotados técnicamente. Por nombrar algunos: Pellerano, Pellegrino, Bustamante, Bustos, Balvorín, Broggi, Sena, etc. Si vamos a la lógica pura, uno piensa que, de querer jugar al ras del piso y a pura pincelada de talento (como quien dice) estos no son los jugadores indicados. Por nombrar algunos jugadores que se destacan por su buen pie: Robles, Ocampo, Ereros, etc. Que no se malentienda: uno no dice que deberían jugar estos últimos, y que Vélez debería ser Holanda del 74´. Uno no es necio ni estúpido, y sabe que en el fútbol argentino que tenemos hoy en día ser "suicidamente ofensivo" trae consecuencias lapidarias. A lo que voy con esto que intento explicar es a tener en cuenta, lisa y llanamente, las capacidades de los jugadores que integran el plantel profesional de Vélez Sarsfield a la hora de pararlos en cancha. Es la clásica discusión: el DT debe adaptarse a los jugadores, o viceversa? Obviamente que estoy más cerca de la segunda opinión, pero creo que todo debe ser un conjunto. No sirve absolutamente de nada tener jugadores de 10 si no se los sabe ubicar en el campo de juego (no es nuestro caso, pocos cracks tenemos hoy en día dando vuelta por el plantel).

A los ejemplos:

1) Si Lavolpe quiere que las bandas sean salidas constantes a la hora de atacar, es insensato ubicar a Sergio Sena (como ya lo ha hecho varias veces) en la posición de "carrilero", cuando todo aquel que vió al Fortín y lo siguió en el último tiempo (masomenos 2 o 3 años) sabe que el oriundo de Villa Fiorito llega a 3/4 de cancha y da el pase atrás. Eso es así, y resiste cualquier refutación, porque se repite partido a partido desde hace varios campeonatos atrás. Preferible poner desde el arranque a un pibe como Robles, que tiene más gambeta, más técnica y más profunidad.

2) Si la dupla Balvorín - Zárate está fundamentada en el hecho de lograr que Zárate desborde para tirar el centro y que cabecee el jujeño, hay un error de concepto grave nuevamente: todo aquel que haya visto a Vélez en los últimos 2 o 3 años (o ni siquiera, en los últimos 2 campeonatos) sabe que Mauro no es del tipo de jugador que se pega a la raya y manda el centro, sino que engancha e intenta patear al arco. En el último partido, ante Quilmes, fue peor: Balvorín le mandaba los centros al chiquitín Zárate.

3) Si se intenta que los defensores salgan SIEMPRE jugando (no me vengan con que tienen permitido el pelotazo porque es mentira) habría que pensar en buscar jugadores que, además de la marca, sepan jugar al fútbol. Pellerano, Pellegrino y Bustamante (el trío defensivo actualmente) poseen dotes técnicos mínimos. Es cuestión de lógica! Si se intenta que salgan jugando o gambeteando (como lo he visto hacer al suicida de Pellegrino en nuestro propio campo) hay que poner o comprar a alguien en ese puesto que tenga la capacidad de hacerlo. Pero nuevamente encontramos otro error de concepto: los defensores (más en una línea de 3) tienen que saber marcar, nada más y nada menos. No se puede sobreexigir al jugador o agregarle más responsabilidades de las que ya tiene. A los delanteros se les pide que metan goles; a los volantes, según su función, que recuperen o que jueguen; a los defensores...qué se les va a pedir? Que marquen, muchachos, que marquen! En todo caso el juego debería pasar directamente por Moreno y Fabianesi, que tiene la capacidad de hilvanar jugadas en ataque, y así evitar contragolpes mortíferos.

Para no ser tediosos con la táctica y la estrategia, preferible no seguir (al fin y al cabo, todos somos técnicos parece) pero no me parece alocado que el entrenador revea este tipo de falencias (por lo menos a mi entender) y trate de encontrarle el puesto a cada jugador dentro del campo de juego.

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