viernes, abril 25, 2008

Baño de humildad

El panorama, a diferencia de la realidad, parece estar bastante claro. Oscuridad por donde se lo mire, al futuro inmediato de Vélez Sársfield; si sus representantes, uniformados de profesionales, deciden continuar con esa mentalidad retraída y arrolladora, dentro y fuera de la cancha (respectivamente), que remolcan desde hace varias fechas.

La falta de actitud se repite una y otra vez. El equipo no aparece, y las palabras justas, se sienten relegadas, al tratar de analizar objetivamente, cada una de las presentaciones de los hombres de Tocalli.

Aceptar los reproches y cambiar de actitud. Básicamente eso. El hincha, lógicamente, cada vez más desilusionado, solicita un impostergable baño de humildad, por parte del plantel, con el mero objetivo de volver a confiar, si se quiere, en las condiciones del grupo.

Probablemente, aquel silencio estipulado por los jugadores, y esa distancia otorgada por el cuerpo técnico, consumada la delicada derrota en manos de San Lorenzo, haya marcado un quiebre. Una ruptura. Si, un antes y un después. Tal vez, el período de la soberbia desmesurada y sin sentido, haya concluido definitivamente, y a partir del sábado, origine una nueva era. La de la modestia, la de la autocrítica. La del sacrificio. Un ciclo, completamente restaurado, en donde los jugadores hagan más y hablen menos. En la que ya no responsabilicen a los hinchas de las derrotas, ni desafíen a los plateistas, gestos mediante, tras los goles.

Se aguarda aún, por ese grupo, que con aires de entereza, no dude en reconocer los errores propios. A ese equipo dispuesto a dar la cara, con ganas de respaldar el sueldo, y ansias de revertir la triste y vapuleada imagen.

Esos maltratados hinchas, confían a ciegas, en esta segunda mitad de campeonato, en la que Tocalli les haga entender a sus dirigidos, que sin jugar a nada, continúan prendidos, entonces, jugando bien, podrían, tranquilamente, discutir algo más trascendental y significativo, que clasificar a las copas. Sueñan todavía, con esa etapa, en donde las camisetas se transpiren al cien por ciento, y si el equipo no triunfa, por lo menos deje la vida. Un nuevo tramo donde al cuerpo técnico le sobre carácter, motivación, y no castigue, erróneamente, al que va fuerte, sino al que no marca.

Junto a esa suerte de “Mea Culpa”, Vélez resurgirá de las cenizas, y comprenderá que aquel hincha, que le exige con razón y justicia, es el primero que desea ganar. La gente percibe que los jugadores se despertarán a tiempo, dándose cuenta que si ellos dan, la gente da el doble.

Borrón y cuenta nueva, muchachos. Se aproximan Lanús y Tigre: Primero y segundo, campeón y subcampeón. Dos partidos claves para volver a creer. Para que los hinchas recuerden menos los boliches, y más la tabla de posiciones. Lo mismo de siempre: Disposición y humildad. Ganen, por favor…

No hay comentarios.: