
Quién lo hubiese dicho...ya un año. Un año de aquel día histórico para el hincha velezano. Un año del momento en el cual inflamos el pecho con orgullo ante todos (y eran varios, creéme) y gritamos "campeón" una vez más. Un año de ser cada vez más grandes.
Como olvidar la tarde del día 5 de julio del 2009. Que se juega, que no se juega, que hay Gripe A, que no hay Gripe A. Cuantas vueltas se dieron para poder disputar el encuentro entre Huracán y Vélez, el primero y el segundo respectivamente, que tenían un partido final por esas cosas que tiene el destino. Con todo el aparato mediático y, por ende, gran parte de la opinión popular destacando las virtudes del tiki tiki de Ángel Cappa. Con los detractores del mismo, resaltando las capacidades velezanas y su solidez. Con un pueblo fortinero que no daba más de la ansiedad. Así se jugó el partido, que estuvo plagado de sucesos extraños, entre ellos, un granizo. Sí, un granizo en el medio del partido. Los jugadores, cuerpo técnico y algunos afortunados de las plateas pudieron cubrirse. Los de la popular no tuvimos esa suerte. Pero no importaba nada. Todo lo valía. Todo en pos de un único fin: salir campeones.
Y qué pensar cuando Rodrigo López erró aquel penal cometido por Araujo al, quien sino, Burrito Martinez. ¿Se acababa el sueño? ¿Íbamos a tener otra tan clara? Antes, nos habíamos asustado con algún cabezazo de un ex jugador del club (desagradecido como su hermano). Por suerte, y con una manito del de arriba, a tan poquito del final, pudimos desahogarnos y emitir ese grito de gol que va a quedar grabado para siempre en todos los corazones fortineros. Las lágrimas, los llantos, los abrazos desmedidos y la gripe A que ya no importaba. Nada importaba. Vélez era campeón. Quedó tiempo solo para que Montoya descolgase una pelota a la que todos fuimos a despejar interiormente. No iba más: Vélez campeón.
De ese plantel aún Vélez conserva la mayoría: Montoya, Díaz, Dominguez, Otamendi, Papa; Cubero, Razzotti, Zapata; Moralez; Cristaldo y Martínez. Se fueron López, Larrivey, Nanni, Cabrera, pero todos formaron parte del sueño que se hizo realidad.
Gracias jugadores, gracias cuerpo técnico, gracias dirigentes. Otra estrella más para la historia fortinera.