
Luego del partido con Huracán, y esperando a que el público visitante se retirara, me puse a pensar en lo que fue este año, y puntualmente en el mayor déficit que sufrió Vélez a lo largo de ambos semestres: la falta de actitud. Más allá de jugadores que eligen no ir al banco porque "total, ya termina el campeonato" (léase Toti Ríos) o de tipos que vengan de afuera y no sientan lo que es Vélez, hay algo que preocupa y mucho, y es la falta de corazón, amor propio, garra, sacrificio, etc que expresan los más purretes que llegan a Primera en Vélez desde las Inferiores. Esto va más allá de la eterna discusión entre los "líricos" (siempre identificados con el "pechofriísmo") o los "rústicos" (caracterizados por la entrega). En Vélez hace rato que los pibes que llegan a jugar con el primer equipo no demuestran nada de actitud. Se pueden dar miles de ejemplos, pero creo que el más explícito es el caso de Damián Escudero. El hijo del "Pichi" tiene una calidad monstruosa y un futuro enorme; gambeta, habilidad, tiro de media y larga distancia, velocidad, en fin, tiene todo para ganar y ser alguien importante. Sin embargo, se siente cómodo con el aguita caliente de la Villa Olímpica, el sueldo generoso que le entrega Vélez todos los meses, el 206, las pendejas calentonas, sus salidas nocturnas a Sunset, en fin, se conforma. Si tiene todo esto: ¿para que se va a esforzar dentro de un campo de juego? Si total pueden correr los 9 jugadores restantes y romperse el lomo para entregarle la pelota redonda y que él "se inspire". Y si un día no se inspira, bueno, mala suerte, total el sueldo lo voy a tener siempre, y de joda voy a seguir saliendo. Este es un espíritu que, creo, puso de moda (pese a datar de más atrás) el menor de los Zárate, quien con sus caprichos y su "fama" se preocupó más (y a los hechos me remito) por juntar billetes que por colaborar para que su equipo juegue cada vez mejor. El pibe fue goleador, lo vendieron en 20 palos, se llevó a los amigos a Qatar, y vive de joda. ¿Qué más quiere? Lamentablemente, esta forma de pensar se extiende cada vez más, y en el campo de juego queda demostrado, ya que después tenemos que ver partidos como el del domingo, donde un equipo perdiendo 1-0 de local, se muestra abúlico, sin actitud, y se deja ganar el partido teniendo un hombre más. Eso es falta de HUEVOS. Falta de ACTITUD. Un equipo (y menos con las carencias técnicas que tiene Huracán) no te puede ganar en tu cancha, con un hombre menos, y dirigido por el inexpresivo Ardiles. En el primer gol lo de Pellerano es LAMENTABLE: en 20 mts le sacó 10 aproximadamente Franzoia. En lugar de ganarle con el cuerpo o, en su defecto, estrolarlo contra el foso, el ex jugador de Selección lo dejó ir, de cara al arco defendido por Montoya, y definir con tranquilidad. En otra época, y con otros jugadores, eso no hubiera existido. Imagínenselo a Trotta, al "Longaniza" o a Sotomayor en esa situación: todavía hay que ir a rescatarlo al ex Boca de la Platea Sur. Esa falta de personalidad es la que permitió que Vélez este año perdiera varios partidos en los últimos minutos de partido (Racing, San Martín de SJ) o que nos pinten la cara otros (Boca, River) o solo que nos empaten por estar demasiado verdes (Independiente). Faltan jugadores con carácter, con temple, en fin, con HUEVOS. Y hace falta también un equilibrio. Vélez padece de dos extremos: jugadores extremadamente habilidosos y con nulo corazón (Escudero, Cabral, Ereros en su momento, Ocampo) que no sufrieron absolutamente nada de más pendejos (ni frío, ni hambre, ni canchas destrozadas) y jugadores con nula técnica pero con mucho corazón (Lima, Bustos, Balvorín). Es necesario encontrar el punto medio a esta mezcla, sino, el equipo va a seguir deambulando por las canchas. Es cierto: hay algunos que no poseen ninguna de estas dos características (léase Sena, Bustamante, Silva, y varios burros más. A esos, lamentablemente, no hay que cobijarlos, pese a quien le pese.
Lo único que nos tendría que dejar tranquilos es que Tocalli no es ciego y ve esta situación; aclaró que pese a querer apostar a las Inferiores, hay puestos que se deben cubrir con refuerzos (tal como lo dijo Lavolpe, defenestrado por todos) y no hay vuelta que darle. Esta "cantera inagotable de talentos" que se dice son las Inferiores de Vélez demostró que no existe, que es todo una pantalla de humo para que, ante el periodismo, Vélez sea "la institución modelo". ¿Cuanto hace que no sacamos realidades (más allá de Mauro) y sí nos llenamos de jugadores que "prometen"? Si uno se quiere manejar como un club grande, no puede apostar a que cada 5 años salga una buena camada y logremos un campeonato. Hay que apostar a más, y formar equipos, no desearlos o rezar por que aparezcan...