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martes, diciembre 11, 2007

Llamado a la solidaridad: se buscan donante de corazón


Luego del partido con Huracán, y esperando a que el público visitante se retirara, me puse a pensar en lo que fue este año, y puntualmente en el mayor déficit que sufrió Vélez a lo largo de ambos semestres: la falta de actitud. Más allá de jugadores que eligen no ir al banco porque "total, ya termina el campeonato" (léase Toti Ríos) o de tipos que vengan de afuera y no sientan lo que es Vélez, hay algo que preocupa y mucho, y es la falta de corazón, amor propio, garra, sacrificio, etc que expresan los más purretes que llegan a Primera en Vélez desde las Inferiores. Esto va más allá de la eterna discusión entre los "líricos" (siempre identificados con el "pechofriísmo") o los "rústicos" (caracterizados por la entrega). En Vélez hace rato que los pibes que llegan a jugar con el primer equipo no demuestran nada de actitud. Se pueden dar miles de ejemplos, pero creo que el más explícito es el caso de Damián Escudero. El hijo del "Pichi" tiene una calidad monstruosa y un futuro enorme; gambeta, habilidad, tiro de media y larga distancia, velocidad, en fin, tiene todo para ganar y ser alguien importante. Sin embargo, se siente cómodo con el aguita caliente de la Villa Olímpica, el sueldo generoso que le entrega Vélez todos los meses, el 206, las pendejas calentonas, sus salidas nocturnas a Sunset, en fin, se conforma. Si tiene todo esto: ¿para que se va a esforzar dentro de un campo de juego? Si total pueden correr los 9 jugadores restantes y romperse el lomo para entregarle la pelota redonda y que él "se inspire". Y si un día no se inspira, bueno, mala suerte, total el sueldo lo voy a tener siempre, y de joda voy a seguir saliendo. Este es un espíritu que, creo, puso de moda (pese a datar de más atrás) el menor de los Zárate, quien con sus caprichos y su "fama" se preocupó más (y a los hechos me remito) por juntar billetes que por colaborar para que su equipo juegue cada vez mejor. El pibe fue goleador, lo vendieron en 20 palos, se llevó a los amigos a Qatar, y vive de joda. ¿Qué más quiere? Lamentablemente, esta forma de pensar se extiende cada vez más, y en el campo de juego queda demostrado, ya que después tenemos que ver partidos como el del domingo, donde un equipo perdiendo 1-0 de local, se muestra abúlico, sin actitud, y se deja ganar el partido teniendo un hombre más. Eso es falta de HUEVOS. Falta de ACTITUD. Un equipo (y menos con las carencias técnicas que tiene Huracán) no te puede ganar en tu cancha, con un hombre menos, y dirigido por el inexpresivo Ardiles. En el primer gol lo de Pellerano es LAMENTABLE: en 20 mts le sacó 10 aproximadamente Franzoia. En lugar de ganarle con el cuerpo o, en su defecto, estrolarlo contra el foso, el ex jugador de Selección lo dejó ir, de cara al arco defendido por Montoya, y definir con tranquilidad. En otra época, y con otros jugadores, eso no hubiera existido. Imagínenselo a Trotta, al "Longaniza" o a Sotomayor en esa situación: todavía hay que ir a rescatarlo al ex Boca de la Platea Sur. Esa falta de personalidad es la que permitió que Vélez este año perdiera varios partidos en los últimos minutos de partido (Racing, San Martín de SJ) o que nos pinten la cara otros (Boca, River) o solo que nos empaten por estar demasiado verdes (Independiente). Faltan jugadores con carácter, con temple, en fin, con HUEVOS. Y hace falta también un equilibrio. Vélez padece de dos extremos: jugadores extremadamente habilidosos y con nulo corazón (Escudero, Cabral, Ereros en su momento, Ocampo) que no sufrieron absolutamente nada de más pendejos (ni frío, ni hambre, ni canchas destrozadas) y jugadores con nula técnica pero con mucho corazón (Lima, Bustos, Balvorín). Es necesario encontrar el punto medio a esta mezcla, sino, el equipo va a seguir deambulando por las canchas. Es cierto: hay algunos que no poseen ninguna de estas dos características (léase Sena, Bustamante, Silva, y varios burros más. A esos, lamentablemente, no hay que cobijarlos, pese a quien le pese.

Lo único que nos tendría que dejar tranquilos es que Tocalli no es ciego y ve esta situación; aclaró que pese a querer apostar a las Inferiores, hay puestos que se deben cubrir con refuerzos (tal como lo dijo Lavolpe, defenestrado por todos) y no hay vuelta que darle. Esta "cantera inagotable de talentos" que se dice son las Inferiores de Vélez demostró que no existe, que es todo una pantalla de humo para que, ante el periodismo, Vélez sea "la institución modelo". ¿Cuanto hace que no sacamos realidades (más allá de Mauro) y sí nos llenamos de jugadores que "prometen"? Si uno se quiere manejar como un club grande, no puede apostar a que cada 5 años salga una buena camada y logremos un campeonato. Hay que apostar a más, y formar equipos, no desearlos o rezar por que aparezcan...

miércoles, diciembre 05, 2007

2007 - Un año en que nos pasó de todo (1er semestre)


El año comenzó con esperanzas renovadas, luego de la bronca sufrida al final del 2006 (con la gran traición de Russo) un aire fresco y renovado llegaba a Liniers. El nuevo DT era Ricardo Lavolpe, un tipo sobre el que muchos, entre los que me incluyo, pensamos que su sinceridad, honestidad y conocimiento del fútbol, eran buenos requisitos para dirigir Velez Sarsfield. Además, tenía una trayectoria en la selección mexicana, que, en hipótesis, auguraba una buena temporada
La historia comienza el 30-01, jugando con Danubio, en nuestro estadio. Todo fue emoción, el equipo jugó bien, se presentaron algunas caras nuevas (Balvorín y Méndez) y todo funcionó bien. 3-0 y con ilusiones intactas. Recordábamos a Russo, nos reíamos de él…
Luego, con el correr de la Libertadores, el equipo fue alcanzando un buen nivel y sin ser exquisito como en la Libertadores del 2006, clasificamos primeros, sufriendo un poco con Emelec en el último partido.
En el campeonato las cosas transcurrían en un nivel medio: empezando bien las primeras fechas, Newells 2-0 y Racing 2-2, pero con las derrotas con Argentinos y Arsenal, sorpresivas. Ahí empezaron los llamados de atención.
En la 9ª fecha, llega Boca, el partido más esperado. Corralito a Russo de protección, insultos y demás. El equipo no estuvo a la altura de las circunstancias y en un partido clave, desde lo anímico fundamentalmente, cae derrotado 3-1. Dolió y mucho. Ya los conceptos de Lavolpe no se transmitían de igual forma y las peleas con algunos referentes se hicieron más visibles. Castromán, las salidas intempestivas de Mauro, los errores de Pellegrino, las salidas de atrás, las locuras de Sessa, todo se empezaba a notar… Las gesticulaciones a los errores se hacían visibles y el clima ya no era el del principio…
En el campeonato se suceden varias derrotas y quedamos afuera de la pelea, pero en la Copa manteníamos inmutable la ilusión, hasta que nuevamente Boca, ese archienemigo número 1 que últimamente nos trae solo desilusión, se volvió a cruzar en nuestro camino. Apelando a la “avivada” y calculadora mediante, convierten 7 goles y debemos enfrentarnos.
Visitamos la Boca, con lo que para Velez siempre significa eso, y sale todo de la manera más terrible que podíamos haber pensado. Suceden las cosas extrañas de siempre, pero ésta vez ese partido tiene un ÚNICO y gran protagonista. Gastón Sessa, aquel recordado arquero del campeonato 2004, aquel que nos amargó aquel año con sus “manos enmantecadas” nos volvió a amargar con su locura, su estupidez irracional. Es inútil reseñar lo que ya todos sabemos. Fue su último partido y se despidió de la peor manera posible. Fue 0-3. Dolió, caló hondo en nuestros corazones. El orgullo y amor propio velezano de hinchas, dirigentes y jugadores, había sido herido. Faltó la del final de Castromán que hubiera cambiado la historia; no entró por poquito.
La revancha era especial, había que si o si, demostrar que la historia existe, que Velez fue campeón del mundo y no era posible dilapidar el prestigio y menos en nuestro querido Fortín. En la previa, como presagiando lo que venía, el San Lorenzo puntero cae en Liniers, 2-0, con solidez y solvencia futbolística.
Vienen a Liniers. Muy confiado Boca, pero Velez lo avasalla, se lo lleva por delante; convierte Mauro, delirio, pensamos que se podía dar vuelta la historia. Aquí, hay que ser justos: la suerte, tan nombrada por Lavolpe, no ayudó y Boca en un llegada aislada convierte ayudado por Bustos que pega en la cabeza. 1-1 gol de visitante, complicado. Velez remó y remó, Mauro otra vez y Ocampo después. Terminó Boca, asustado, preguntándose como aquel equipo era éste equipo. Orgullo salvado, recompuesto, pero eliminación de la Copa dolorosa, igualmente. El transcurrir de los hechos en la Copa agregaría más frustración aún.
Siguió Estudiantes, ultimo campeón del momento 1-1. Semana infernal, del mejor futbol del semestre, pero ya no quedaba vida en nada por disputar. Nos quedó la anécdota casi sobre el final del torneo de haber triunfado el clasiquito barrial con Chicago, hecho menor, por el nivel del rival, pero siempre nos da una sonrisa, dentro de tanta pálida.
Las peleas se sucedieron, Mauro, un virtuosísimo niño rebelde, no logra ser encausado por Lavolpe. Lucas, un histórico, rebelde también, sufre peleas. Pellegrino tiene su peor performance desde que está en Velez. O sea: todo mal. El semestre termina muy mal, con derrota 3-2 con River, previo empate con Lanús 1-1 y la no clasificación a la Copa Sudamericana ni Libertadores 2008.. Hecho histórico en muchos años, de clasificación continua a alguna de esas dos copas. Frustración importante de Lavolpe que se debió haber tenido más en cuenta.

Hecho por Dario Consiglieri.