Volvió la alegría

Después de tantos partidos y de tanto sufrir, finalmente el Fortín volvió a lograr una victoria. De la mano de un equipo lleno de pibes, y de uno de ellos que pareció un experimentado (hablamos de Escudero) los dirigidos de Ricardo Lavolpe demostraron un gran fútbol en los primeros 20 minutos del partido, y luego, como estamos acostumbrados, nos hicieron sufrir un poquito. Los goles fueron de Escudero (x2) y Balvorín. Grandes actuaciones del "Pichi", Peratta, Cabral y Torsiglieri.

Vélez salió a la cancha con un esquema que rondaba entre un 4-4-2 y un 4-3-3:

Peratta; Méndez, Razzotti, Torsiglieri, Broggi; Sena, Coronel, Cabral; Ocampo, Balvorín y Escudero.

Si bien este era el planteo táctico desde el banco, la realidad es que Coronel se plantó más como un 5 solo (que jugó como si tuviera varios partidos en Primera) y Cabral muchas veces terminó al lado de Escudero y de Ocampo, casi como una especie de enlace.

Lo mejor del partido para Vélez, sin dudas fue el comienzo. Con una ráfaga de buen fútbol y de contundencia, Escudero a los 3 minutos abrió el marcador, luego de hacer una linda jugada con Ocampo (los dos más talentosos que tenía Vélez e cancha) sacando un zurdazo fortissimo. Y cuando todavía faltaba llegar mucha gente de Liniers al Sur, el hijo del Pichi volvió a sorprender a todos, 60 segundos después, clavando un derechazo bárbaro que dejó sin reacción al arquero de Banfield, Lucchetti. Vélez se ponía 2-0 y recién arrancaba el partido. Como era de esperarse, inmediatamente después de esto, volvimos a penar en defensa, con un Andrizzi que molestaba y un Cvitanich que intentaba generar peligro, con un par de jugadas. Para fortuna de nosotros, los velezanos, Peratta despejó el peligro y Balvorín, luego de una gran jugada colectiva, amagó a patear con la derecha, dió una media vuelta y con la zurda la mandó a guardar. 3-0 y...partido liquidado? No, ni mucho menos. Por más que el entusiasmo sobrara, todos los hinchas sabían que a Vélez le cuesta mantener las ventajas que saca, y ésta no fue la excepción. A partir de los 20 del primer tiempo, si bien el Fortín tuvo un par de jugadas de gol (hay una jugada increíble en la que Balvorín se come un gol casi hecho) fue todo sufrimiento. También tuvo una Peratta, que fue a patear un tiro libre a la puerta del área de Banfield, emulando al gran José Luis, pero la pelota dió en el travesaño. En el final del primer tiempo, los dirigidos por Lavolpe tiraron el achique (con qué sentido tiran el achique jugadores que nunca jugaron todos juntos?) y Sanguinetti la mandó a guardar.

La realidad es que en el segundo tiempo sobre todo, Banfield se vino con todo, y de la mano del experimentado Chatruc, la defensa velezana comenzó a debilitarse. Lavolpe mandó a la cancha a Robles por Escudero (muy cansado, de gran labor), Papa por Cabral (otro que estaba cansadísimo) y Montero por Ocampo (tampoco fue la excepción) y así intentó darle más aire a un Vélez que se mostraba sin profundidad. Los del Taladro se venían y se venían, hasta que a 15 minutos del final, Cvitanich logró conectar con la cabeza y darle el 2-3 a su equipo. Todas las sombras aparecían en el público de Liniers, que comenzó a morderse las uñas y a pedir una manito al de arriba. A puro atolondramiento pero con mucha garra, Banfield casi lo empata en una jugada al final del partido, pero despejó Razzotti.

Victoria fundamental para Vélez, no tanto desde lo matemático sino más bien desde lo anímico. Una vez más, los pibes demostraron tener un hambre de gloria gigante y querer a la "V Azulada" con el corazón. Dejaron hasta lo último en la cancha y se trajeron un triunfo bárbaro. Al parecer, la rotación tan pedida por algunos surtió efecto, y ahora los titulares tienen la linda presión de tener que ganarse el puesto más que nunca, luego de lo demostrado por los chicos que jugaron un partido bárbaro.

PD: Peratta hoy demostró que el arco del Fortín no le queda nada grande, como dicen algunos.