martes, mayo 15, 2007

El chico que se convirtió en hombre


Desde hace ya varios años tenemos la suerte de ver en Primera a un jugador que, poco a poco, pasó de ser una mera promesa a una concreta realidad: Mauro Zárate.
Hasta no hace mucho tiempo en la popular fortinera se escuchaba calificar a el menor de los Zárate como “el más habilidoso, pero muy individualista”. Sus primeros pasos en el equipo de Liniers no fueron todo lo satisfactorios que el jugador hubiese querido ya que, a su corta edad (16 años) todavía le faltaba mucho que aprender, y uno de sus mayores defectos era abusar de la gambeta y la jugada individual. Al principio la gente le tenía simpatía, por venir de una familia netamente futbolera y con buenos antecedentes en el Club, pero poco a poco se fue generando una especie de fastidio al ver que el chico no progresaba y no se adaptaba al fútbol profesional (pese a tener muchísimo talento). Con participaciones mínimas en el campeonato que Vélez disputó al final de la mano de Ischia (entrando en aquel recordado segundo tiempo ante Estudiantes, en el cual Vélez perdía 1-0 y también la amistad con los Pincharratas) y con algunas participaciones en los segundos tiempos de la etapa Fanesi, llegó Miguel Angel Russo. La relación entre el jugador y el técnico no siempre fue la mejor, ya que en los comienzos, y debido quizá a una falta de maduración que vió el técnico en el purrete, lo bajó bruscamente de Primera a 6ta división. Luego de un par de fechas, y una vez que tuvo varias charlas con el Zárate junior, Maurito nuevamente volvió a estar en los planes del Primer equipo y si bien no fue vital en el campeonato logrado en el Clausura 2005, alternó buenas y malas. El Apertura 2005 le trajo a Mauro nuevas posibilidades de participar en la Primera, ya que Vélez disputaba la Copa Sudamericana y la dupla ofensiva Rolando Zárate – Lucas Castromán a veces tenía sus descansos (ocasión en la que aparecía lentamente Maurito). Sin demasiada importancia, pasó este campeonato para Mauro. Finalmente, llegó la primera mitad del 2006 y con ella, el despegue futbolístico definitivo de Maurito. Con muy buenas participaciones en el campeonato local pero más aún y sobre todo en la Copa Libertadores, en la cual tuvo que ponerse al equipo al hombro junto al otro pibe Ereros y formar la dupla atacante que enfrentó la mayoría de los últimos partidos de Vélez en esta competición. Con una brillante actuación ante Newells en Rosario, y con mucho sacrificio aquí en Bs. As., a base de goles y esfuerzo Maurito fue aprendiendo y tomando experiencia. Finalizada esta competición (decepcionante en cierto sentido para el club) comenzó el nuevo campeonato local y, con la ida de su hermano Roly a Méjico, Russo le pudo dar la titularidad definitiva a un jugador que pedía cancha.

Actualmente Mauro es uno de los mejores jugadores que tiene Vélez en su ofensiva (por lo menos el de más futuro) y, junto a otros jugadores como Pellerano y Moreno, forma la base de este Vélez precoz. Con una capacidad de pique corto asombroso y un dominio de balón/gambeta pocas veces visto (según Gámez, "mejor que el de Agüero") le aportó a su juego una gran cantidad de goles en el campeonato pasado (la mayoría de gran calidad) y algunos en lo que va del actual. La cuestión pasa por la siguiente: a Mauro le agarró el síndrome de "querer irse"? Es notorio que su nivel ante los equipos con menos repercusión baja en gran medida, y ante equipos como Boca o San Lorenzo, pareciera ser que la motivación es otra, y entra con otra predisposición a la cancha (probablemente pensando en una futura venta o los contratos publicitarios que cualquier desearía tener). Yo acá no juzgo ni determino si esta bien o mal lo que parecería ser que hace, porque ninguno tuvo 19 años y "el mundo a sus pies" (fama, plata, mujeres, trabajar de lo que le gusta, etc) como lo tiene Mauro, pero hay personas que están muy cerca de él y probablemente, endiosándolo, no le hacen nada bien. Seamos más precisos: si tu hermano (y representante) sale a decir que el técnico es un boludo por un cambio (como salió a decirlo en su momento el "Ratón" Zárate) en cierto modo da la pauta de que te está subiendo a un pedestal por encima del resto del equipo. A quién no le parece que Mauro a veces se siente más importante que el resto del plantel? Pero esto no es pura y exclusivamente su culpa, sino resultado del "inflador mediático" del periodismo, de su entorno y fundamentalmente también de la hinchada velezana, que ve en él la última gran aparición de los últimos tiempos. En épocas donde algunos ídolos están en decadencia, la figura de Mauro aparece como "la carta ganadora", por eso es que la gente puede bancar más sus fastidios y sus caprichos que a otros jugadores.

La conclusión a la que quiero arribar con todo esto se refiere básicamente al hecho de que endiosar y agrandar tanto la figura de un jugador (sea cual sea) nunca es bueno, y esto está sucediendo de a poco con Mauro. Como se dice que pasa con algunos jugadores (ej: Montenegro, por citar alguno) el menor de los Zárate está empezando a jugar bien los partidos importantes, y aquellos que no tienen tanta trascendencia sin tanto entusiasmo. A tener en cuenta y no dejar pasar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas. Sólo quería recalcar que, mas allá de estar muy de acuerdo con casi todo lo que decís, es necesario aclarar que una de las últimas actuaciones "rutilantes" de Mauro fue contra Belgrano en el triangular veraniego (torneo de nula trascendencia con equipo probablemente decendido). Yo creo que lo de Mauro pasa más que nada por un tema de actitud o de racha, sólo ver las caras que pone después de se pifió algún gol cuando quizá en el mismo partido hizo (o hará) alguno increible dice bastante. Hay que esperar que explote (como lo hizo el Roly) y que no decaiga luego (como lo hizo el Roly). Muy cierto es lo del endiosamiento. Sabido también que te levantan bien alto para después arrastrarte bien hondo.
Salud pueblo fortinero!