El partido esperado, con horario inesperado

Lejos está uno, como individuo particular, de determinar fehacientemente si el partido de Vélez Sarsfield ante Nueva Chicago, que se disputará el día viernes, a las 15.00 hs, constituye o no un CLÁSICO con todas las letras. Uno no puede ni debe intentar representar el pensamiento de todo el público velezano, pero hay una realidad: el hincha espera con ganas este partido. Esta vez, en un día y horario atípico, igualmente el período previo a este partido se vive con un mínimo de ansiedad. La paternidad fortinera ante los "primos" hace que todos queramos que continúe con un triunfo en el día de mañana (recordar qué pasó cuando finalmente pudieron derrotarnos) y en otro contexto más normal y más acorde al horario en el que debe tener un partido así, el marco parecería ser apetecible. Lo cierto(y lo he comprobado hoy a la tarde, cuando al ir a sacar las entradas, la ventanilla estaba vacía completamente, no así contra Boca por ej) marca que entre la Dirigencia del Club y también, vale decirlo, el Órgano de Seguridad Deportiva que regula la jurisdicción de la Capital, lograron hacer todo lo posible para que el hincha común, normal, regular, que tiene un trabajo, que estudia o que simplemente va al colegio en el turno tarde, no pueda acercarse al Club a ver a su equipo. Yo no quiero entrar en territorios que puedan ser objeto de discriminación o no, pero lo cierto es que las parcialidades de uno y otro equipo distan de tener el mismo nivel adquisitivo o el mismo tipo de gente con los mismos intereses (para no sonar tan despectivos, que no es la intención). Sabido es que Chicago suele movilizar mucha gente que vive de eso justamente: ir de acá para allá "alentando sin cesar". Por su parte, nuestro querido Fortín tiene un público compuesto en su gran mayoría por gente de clase media (que puede ser baja, media o alta, como a ustedes les parezca) y que tiene obligaciones que cumplir, además de concurrir a un partido (tan especial por cierto). Uno no puede abandonar el trabajo e ir a ver el partido, porque lo más seguro es que tenga el telegrama de despido el lunes siguiente. La cuestión es que esto no lo tuvieron en cuenta ni los que decidieron que el partido sea a las 15.00 pero tampoco lo tuvieron en cuenta los dirigentes a la hora de hacer el contrato para ser anfitriones del amistoso de los Pumas y a la hora de revisar el calendario y ver que el domingo, a raíz de las elecciones porteñas de Jefe de Gobierno, no se disputarán partidos en la Capital. Una verdadera verguenza.