viernes, junio 01, 2007

Clásico? Mmmm...


Larga resultó ser la discusión que veía a Nueva Chicago o no como un clásico: hoy quedó zanjada la cuestión. Lo que existe con el Torito (así, con diminutivo) de Mataderos no es un clásico: es una PATERNIDAD. Hoy se vió claramente lo que es tener un club ordenado, con jerarquía, con un estadio como la gente, y con jugadores que transpiren la camiseta (por más que lo hicieran jugando por momentos muy mal). Del otro lado, sólo hay planteles que se arman y desarman cada 6 meses, con jugadores que pasan fugazmente y recalan en otros equipos: en fin, un mamarracho. Yo no me voy a poner a opinar sobre si "Chicago corre de local" o no porque esas son discusiones más propias de "El Aguante" que de un análisis más pensante (que es lo que se intenta hacer acá; sitios para entrar y expresarse con el muy buen ponderado y para nada despreciado "vamo´ Vele´ que no importa nada, hay que alenta´" hay de sobra). Lo que sí quedó evidenciado dentro del campo de juego (y también afuera, cuando vimos la poca sapiencia a la hora de aceptar la derrota por parte de la hinchada visitante) fue no tanto la superioridad táctica o futbolística de uno de los dos equipos, sino todo el peso de la historia que influyó. Es cierto que la expulsión de 1 hombre condicionó al conjunto visitante, pero desde el empate se vió a un Chicago apichonado, buscando mantener el empate para sumar un puntito de Liniers.


El partido lo empezó jugando mejor y manejando Chicago, de la mano de un endiablado Carranza que pintaba para comerse la cancha y terminó siendo comido entre la defensa y el mediocampo. Con sus gambetas y su explosión llegó a una pelota imposible que le lanzó Jorge Martínez de derecha a izquierda, y ahí el hijo del presidente del club de Mataderos, Filomeno, metió la cabeza para marcar el 0-1. No iban ni 2 minutos y Vélez ya estaba en desventaja. Nuevamente volvían a aparecer aquellos fantasmas de la irregularidad en el equipo, más teniendo en cuenta lo bien que se jugó ante Godoy Cruz. Sin embargo, los jugadores velezanos demostraron poder recomponerse y con mucho esfuerzo (luego de pasar un par de sofocones en el área propia, con un cabezazo que dió en el travesaño de Filomeno nuevamente, que complicó a la defensa todo el partido, y de un tiro de Carranza que se fue cerca) pudieron llegar al empate, en una jugada que tuvo una terminación confusa (fue medio gol de Balvorín y medio de Pellerano, si me lo preguntan sin haber visto las imágenes por televisión). Era el empate para el Fortín, que no jugaba bien, que defendía aún peor (ay, Broggi, tu lugar está al lado de la hinchada, no dentro del campo de juego, eso quedó claro...) y que hacía agua en el medio. Sin embargo, todo quedó simplificado cuando Zarif, luego de aparentemente recibir un pelotazo (según lo que me cuenta acá en casa (?)) sin intención por parte de Balvorín, se dió vuelta y embocó a Broggi (el primero que tenía a mano) en el estómago. Conclusión: Zarif afuera y la cosa se ponía más apetecible para el Fortín. Sin embargo, ni en el final del primer tiempo ni en el comienzo del segundo pareció notarse esta superioridad numérica que tenía el conjunto local, por un Escudero impreciso y apagado, un Mauro que disfrutó y abusó de su individualismo una y otra vez, un Bustos que se sintió muy solo en el medio de la cancha, y un Ocampo que claramente sacó la patita a la hora de disputar la pelota con cualquier defensor de Chicago, y nunca pudo terminar una bien. A su vez, a los defensores le costaba mucho controlar a Filomeno principalmente (con pelotazos largos a los costados, en la defensa de Vélez se generaba un matete grande, cuando Pellegrino salía a cortar a la posición de Ugglesich, y él no cubría la posición del "Longaniza" junior). Por lo descrito, parecería ser un panorama negro para Vélez. Sin embargo, sabido es que el fútbol da sorpresas, y lo cierto es que el técnico Ricardo Lavolpe tuvo una gran incidencia en este triunfo del Fortín: hizo ingresar al GRAN jugador (así, con mayúscula) que es Alejandro Cabral, y sacó al mejicano Méndez, de mal partido (luego ingresaría Cristaldo por Ocampo). Digo que acá estuvo una de las claves porque el lungo (o "Taza" como le dicen sus amigos) supo entender el momento del partido, y la pidió siempre, pensando, pisándola, abriendo los espacios y buscando los huecos en una defensa del Torito que cada vez estaba más retrasada. Cabral le dió ese empuje que necesitaba Vélez para meter al rival en su propio arco: abriendo hacia izquierda, haciendo paredes por el medio, lo cierto es que gran parte de la victoria es de este joven jugador (que, personalmente, pienso que tiene futuro de Selección, al igual que Mauro). Y de una avivada (como ya nos tiene acostumbrados Escudero) se hizo un córner corto, el hijo del Pichi encaró hacia el arco y metió un disparo fortissimo que se clavó debajo de los 3 palos que defendía el eterno (fracasado) Carl*s Fernan*o Nav*rro Mont*oya (por razones de cábala no se lo nombrará en este sitio, a ver si descendemos (?)). Gol para Vélez y delirio en la popular velezana, que vivió este partido como si fuera el último (por lo menos en 3 o 4 años). A partir del segundo gol, Nueva Chicago fue una sombra y sólo se dedicó a tirar pelotazos largos para agarrar mal parado a un Pellegrino que dió lástima, o a un Ugglesich que tenía que hacer doble trabajo. Tuvo una clarita Chicago (luego de que entre Mauro y Balvorín se negaran a definir el partido en ataque, con varias situaciones cada uno) en los pies de Filomeno e al final del partido, pero para alegría del público que se acercó al estadio en un horario tan poco habitual (bastante cantidad fue, por cierto) la pelota dió en el poste izquierdo de Peratta. A partir de ahí, el visitante intentó lo que se dice "descontrolar el partido" con agresiones variadas a la hora de disputar la pelota hacia los jugadores velezanos, y por una patada que, según dicen, fue ANIMAL de Martínez (igualmente no llegó a destino, por suerte) Chicago se quedó con 9. No quedó mucho más que el floreo de los jugadores locales ante la incrédula mirada de los "primos", que nuevamente veían como se les escapaba un triunfo que podría haber sido histórico.
Puntajes (arbitrarios, subjetivos y parciales):

Ses...eh, Peratta (7): gran partido de Seba que, si bien pareció pasar desapercibido en el final, tapó un mano a mano importante antes del gol del triunfo velezano. Cada día se afianza más en el arco y nos da garantías.

Ugglesich (6): tuvo una tarea aceptable. No fue la gran cosa pero rechazó de arriba la mayoría de los pelotazos y se complicó por abajo cuando Carranza decidía encararlo. A su favor tiene que debió hacer el trabajo propio y también el de Pellegrino.
Pellegrino (3): desastroso. Uno no se ensaña con un jugador cuando juega mal, pero el nivel del hermano menor de una gloria velezana la verdad es que dista de ser el que supimos verle en su momento el año pasado. Tiene que entender que, si sale a cortar adelante, tiene que GANAR, bajo ningún punto puede quedarse por la mitad o perder con el atacante porque deja un hueco muy grande. De arriba no ganó nada. Comienzan a olerse aires de despedida...
Pellerano (6): no desentonó. Respondió bastante bien por abajo, saliendo a cortar adelante (él sí sabe hacerlo) y a favor tiene que jugó con una cruz por su costado.
Broggi (3): otro que tuvo un partido para el olvido. El atolondrado "jugador hincha" confeso del Club puso mucho esfuerzo, no hay dudas, pero TODOS los ataques del rival vinieron por su costado que, sorpresivamente, siempre aparecía descubierto. Zarif se hizo un picnic cuando estuvo, y luego entre Higuaín y la aparición por sorpresa del chiquito Carranza (cuando hacía la diagonal) Ariel hizo sufrir a todo Vélez. Vení con los hinchas, Ariel, no te expongas (?)

Méndez (4): mal partido del cuate mexicano que venía jugando aceptablemente, pero hoy ni marcó ni atacó. A su vez, no se le vió poner la garra necesaria que el partido requería.
Bustos (5): es complicado calificar a un jugador como el "Mencho". Uno sabe que nunca va a tener un partido que amerite más de 7 puntos, pero también sabe que brinda todo dentro de la cancha. Hoy lo hizo, pero las limitaciones a la hora de trasladar el balón son cada vez más notorias. La verdad es que preocupa que el mediocampo de Vélez sea manejado a veces sin tantas ideas.
Ocampo (5): otro que no tuvo una buena tarde. Si bien la pidió siempre, cuando encaró perdió, y no demostró poner todo lo que había que poner en un partido así.
Escudero (8): muy buen partido del "Pichi", que se puso el equipo al hombro y sacó el sablazo que le dió el triunfo a un Vélez que venía complicado. El volante abrió el partido, y a partir de ahí, el Fortín pudo manejar el balón.

Balvorín (6): por ahí muchos no lo hayan notado, pero el trabajo del jujeño arriba hoy fue vital tanto para aguantar el partido como para generar situaciones de gol y abrir la cancha. Se bancó pelear una y otra vez contra los centrales de Chicago, y bajó alrededor de 5 pelotas (fueron varias más probablemente) que abrió hacia los costados para la subida de un compañero mejor ubicado. Mucho sentido del compañerismo para correr siempre, y ayudar a sus compañeros en defensa.
Mauro (5): no hizo nada trascendente. Y digo trascendente porque algunos podrán argumentar que en el final del partido tuvo muy lindas jugadas y varias situaciones de gol; ellos bien lo dirían: en el FINAL del partido, con éste mismo LIQUIDADO, y con 2 jugadores más. Los jugadores estrellas aparecen en todos los partidos, y más en los clásicos, brindándose el 100% por el equipo, y no por un gol más o menos propio para ver en cuanto se vende.

Suplentes

Alejandro Cabral (8): no me cansó de decirlo y remarcarlo: este es uno de los jugadores velezanos con más futuro. De tener continuidad, creo que Vélez puede encontrar en este pibe el doble 5 o enganche que necesitaba. Cumple una función tipo Ballack, de 5 adelantado, con buen pie y mucho criterio para manejar la bocha.
Cristaldo (7): demostró cosas interesantes a la hora de encarar hacia el arco. Mucho futuro.

2 comentarios:

Unknown dijo...

muy buena síntesis... estoy de acuerdo en todo salvo en un par de cosas, o mejor dicho, en una cosa y media... pero empiezo por enumerar las cosas en las que coincido:_chicagon no es nuestro clásico, y tampoco lo es san lorenzo... nuestro clásico es Ferro, mal que nos pese, pero después de todo tiene solamente unos cuantos torneos menos que el Ciclón amargo (tienen que cantar para ser grandes, jeje, bueh, no hablo mucho acá de eso porque no está bien visto parece);_partidazo del Bolche, de Cabral (que cuando entró la llevó atada) y del Pichi (con el que se calentó "hasta Giménez" por su juego exquisito y su zurda endiablada);_mauro como siempre jugó para sí solo, y en la única que tenía que hacer la individual en un 2 contra 1, la abrió para el que estaba adelantado;_del mencho se reconoce siempre su esfuerzo y su entrega;_ pellegrino no pasa por su mejor momento y, como se dijo, puede ser inminente su partida a otros destinos;_en cuanto a broggi, prefiero que esté él a que juegue el troglodita de bustamante, que le pega a lo que se mueve menos a la pelota;_la gran concurrencia de la hinchada fortinera, que a pesar del dia y del horario, yo estimaria en unas 18000 personas (¿me fui al carajo?), pero que nunca dejó de alentar, sin duda alguna;_rin rin esta cerrando un semestre muy irregular de la mejor manera, metiéndola en partidos que el hincha quiere ganar, entregándose en mayor medida y demostrando que está en su plenitud física...
ahora bien, me gustó que se haya dicho (por vez primera) que el mexicano jugó mal, y que su reemplazo por Cabral significó la salida de alguien INTRASCENDENTE, por alguien que verticaliza y va para adelante, que sale limpio desde el fondo, que recupera, que asiste, y que es ágil y atrevido. ya sé que es difícil mandar a un tipo que cobra 100 lucas al banco (y no sé si verdes).
saludos!

Unknown dijo...

sé que en mis últimos mensajes dije que prefería no entrar a la Copa Sudamericana. bueno, retiro lo dicho. al parecer, si clasificáramos, jugaríamos en primera ronda con el gatito, perdón, digo con el León de la Plata. bueno, ojalá el vierenes se juegue como se viene haciendo, y ganemos el partido contra el granate.